LOCAL.- (Patricio Parra-Arellano).- El 13 de septiembre pasado, una noticia se hizo eco en todo el país. Una veintena de venezolanos fueron rescatados por un grupo de motociclistas en pleno desierto chileno, en la frontera con Perú. En los últimos días han aumentado las denuncias y reclamos por la inmigración ilegal y hasta cacerolazos se han producido en el norte de Chile.
En primera persona
Jenny Castañeda es Ecuatoriana y lleva 3 años en San Carlos, antes ya había vivido en Los Ángeles. Hoy, la vida le sonríe, vive del comercio gracias a su local ubicado a metros de la Plaza de Armas. Eso sí, reconoce que el "inicio fue complicado, recién había llegado y no fue fácil, pero nos recibieron bien, nos ayudaron, tuvimos que luchar y con el tiempo nos adaptamos y salimos adelante".
Uno que lleva más tiempo, es Luis Acosta, uruguayo pronto a cumplir 11 años en esta tierra. Hombre de color, recuerda que cuando recién llegó era una novedad, hoy, con haitianos, colombianos y de otras nacionalidades, es más común. El inicio fue igual de difícil, "llegué a Chile a luchar para salir adelante, pero fue difícil, pensé en devolverme a mi país porque los ahorros se me estaban acabando, pero una amiga me apoyó, tenía una pequeña verdulería y ahí me dio trabajo, hasta que todo se fue arreglando y me establecí acá".
San Carlos da la mano
Hace un par de años, cuando extranjeros llegaron en masa a San Carlos en busca de mejorar su calidad de vida y apoyar a sus familias, muchos de ellos lo hicieron en precarias condiciones. Fue entonces que se crearon diversos grupos para ayudar a estos nuevos vecinos.
David Toledo, quien es parte de la Agrupación Multisectorial en ayuda a los migrantes, cuenta que todo nació al ver la realidad en que vivían los "hermanos haitianos" que llegaron a la comuna, "al inicio visitamos las habitaciones en que vivían, en muchos casos no tenían nada, ni camas, algunos dormían con la misma ropa que se vestían durante el día, ¡fue muy duro, muy impactante!"
Ante esa necesidad, no se pudieron quedar de brazos cruzados, "queríamos que se quedaran en Chile, pero de forma digna. Los ayudamos con el tema de residencia, con trabajo, ropa y alimentos. Hoy muchos ya están establecidos, vas a sus casas y tienen sus muebles y todo muy ordenado y limpio. Son trabajadores, algunos se han comprado una moto o auto".
Otro punto a destacar, es la ayuda que están realizando en la postulación a subsidio de vivienda. "Hoy vino una chinita, Guo, ella vive con su pareja y tienen un hijo en China, así que su esposo viajó a buscarla. Ella fue muy responsable y trajo todos los documentos. Algo importante que hay que resaltar, es que para postular, deben tener su residencia definitiva". Venezolanos, haitianos y de otras nacionalidades, también quieren aprovechar este subsidio, ser parte de San Carlos y adornar esta comuna con más colores y sabores.