La fórmula para extender su vida post cosecha
AGRO.- (mundo agropecuario).- Investigadores de Exactas y
Agrarias de la UNLP logran frenar su deterioro exponiendo al vegetal a luces
LED
UNLP/DICYT Aunque resistido por muchos, pero reconocido por
sus excelentes cualidades nutricionales como fuente de vitamina C, E y fibra,
el brócoli logró ganarse, con esfuerzo, un lugar en la mesa de los argentinos.
Sin embargo, para mantener ese privilegio, este noble vegetal debe luchar
contra un enemigo implacable: su escasa vida post cosecha.
Una vez arrancado de la planta, el principal síntoma visible
del deterioro del brócoli es el amarillamiento derivado de la degradación de la
clorofila. Con el paso del tiempo, el verde intenso característico de sus
cabezas florales carnosas va palideciendo hasta tornarse casi amarillo; proceso
que termina por limitar marcadamente su vida post cosecha, incluso bajo un
sistema de refrigeración. Esto impacta negativamente tanto en la economía de los
productores del cinturón frutihortícola platense, como en los comerciantes que
venden al público.
Atentos a esta situación, en las Facultades de Ciencias
Exactas y de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad Nacional de La
Plata, científicos comenzaron a investigar la manera de prolongar la vida útil
del Brócoli. Para ello, expusieron las flores a tres intensidades distintas de
luces LED blanca y evaluaron su efecto sobre la senescencia o envejecimiento
celular, calidad y compuestos bioactivos de brócoli almacenado a 4ºC.
En los laboratorios del Centro de Investigación y Desarrollo
en Criotecnología de Alimentos, (CIDCA- UNLP – CONICET – CIC), y del
Laboratorio de Investigación en Productos Agroindustriales (LIPA- UNLP), se
almacenaron los vegetales bajo diferentes condiciones de iluminación en la
búsqueda de determinar el mejor tratamiento para preservarlos.
Luís María Rodoni, director del proyecto, detalló que “un
grupo de vegetales fue almacenado a 4ºC en oscuridad, mientras que los
restantes se conservaron a la misma temperatura, pero expuestos a diferentes
intensidades de iluminación LED blanca de forma continua, durante las 24 horas
del día”.
Joaquín Hasperué y Federico Pintos, miembros del equipo de
investigación, explicaron que en post cosecha de frutas y hortalizas se
utilizaron cabezas de brócoli (Brassica oleracea var. Itálica), cosechadas en
un establecimiento agrícola del Cinturón Frutihortícola de La Plata. Todos los
vegetales se almacenaron hasta 17 días y, durante ese período, se evaluó el
color superficial, el contenido de clorofilas a y b, carotenoides totales,
azúcares solubles, fenoles totales, y la capacidad antioxidante.
En tanto, los niveles de azúcares totales, parámetro
relacionado con una menor senescencia, conservaron valores comparables al
inicio en los tratamientos de intensidad alta y media. De todas las condiciones
evaluadas, la iluminación con intensidad media fue la única que mantuvo los
valores iniciales de fenoles luego de 17 días.
Los resultados alcanzados en los laboratorios de la UNLP
sugieren que el tratamiento con luz LED blanca de intensidad media aparece como
una opción viable para complementar el almacenamiento en frío de brócoli.
Una de las principales ventajas extra de lograr conservar
este vegetal bajo las fuentes de luz visibles basadas en diodos emisores de luz
(LED), es que se trata de una tecnología muy económica y que minimiza la
emisión de calor. Es, sin duda, una alternativa promisoria para el tratamiento
no sólo en cultivo sino también en etapa post cosecha.
Actualmente el grupo de investigación del LIPA está
evaluando el uso de tratamientos cortos de iluminación, de unas pocas horas,
que otorguen los mismos beneficios que los tratamientos continuos de 24 horas.
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