Centro de Pomáceas de la UTalca y FIA lanzan proyecto
Maule.- Durante la tercera versión de la CherryExpo 2019,
realizada en el auditorio de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad
de Talca,
se lanzó un proyecto impulsado en conjunto por el Centro de Pomáceas
de la casa de estudios y la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), que
busca mitigar el impacto climático en huertos de cerezas, a través de una
plataforma de monitoreo climática y nutricional.
“La crisis climática ha provocado una variación en las
temperaturas primaverales, lo que ha ocasionado que existan de manera errática
diferentes eventos climáticos, como por ejemplo las lluvias durante esta
estación. Estas, provocan la partidura de la fruta”, sostuvo Loreto Arenas,
investigadora integrante del equipo técnico que desarrolla el proyecto.
Este problema es particularmente grave por cuanto la
ocurrencia de una sola lluvia en primavera podría generar la pérdida total de
la producción de la temporada. Para evitar este daño, se ha masificado el uso
de cubiertas plásticas logrando reducir la partidura de los frutos
considerablemente. Sin embargo, muchos productores han observado que al
realizar esta modificación del ambiente, se alteraría tanto el crecimiento de
los árboles como la calidad de la fruta. Al no existir un consenso
técnico-científico que lo respalde, se ha generado una gran incertidumbre entre
los productores, sobre si deben ajustar algunos manejos en sus huertos bajo
cubiertas.
“No tenemos patrones estandarizados en Chile respecto del
cultivo de la cereza que se produce en condiciones climáticas muy distintas en
comparación al resto del mundo, tampoco sabemos cómo manejar su nutrición y en
especial las que se encuentran bajo las cubiertas plásticas. No lo tenemos
claro y ahí está focalizando nuestro proyecto FIA”, indicó José Antonio Yuri,
académico y director del Centro de Pomáceas de la UTalca.
El cultivo de cerezas es de gran relevancia para este
territorio y a nivel nacional, ya que según el catastro frutícola de CIREN
2019, la región del Maule aumentó la superficie en un 58,6%, es decir, cerca de
6.525 ha, con exportaciones a nivel nacional que llegaron a los US$ 1.000
millones FOB en la temporada 2017-2018 y con una proyección de 45,2 millones de
cajas exportadas la presente temporada.
En este contexto, el representante macrozonal de FIA, en las
regiones de O’Higgins y Maule, Robert Giovanneti, indicó que como una manera de
apoyar a este sector con innovación, FIA junto a la Universidad de Talca,
impulsaron esta iniciativa que busca elaborar un protocolo de manejo, basado en
indicadores nutricionales y agroclimáticos, para la producción de fruta de alta
calidad y potencial de postcosecha. “Esto debido a que, en los últimos años, se
ha masificado el uso de estas protecciones, para prevenir la partidura en la
fruta. Sin embargo, se producen modificaciones en el ambiente, incluso en algunos
casos se altera el crecimiento de los árboles y la calidad de la fruta. Por lo
cual el proyecto busca disminuir la incertidumbre entre los productores, para
guiarlos sobre los manejos de los huertos bajo cubiertas”.
“Para reducir esta inseguridad, la iniciativa plantea la
creación de un servicio de asesoría innovador que diferencie el manejo entre
los cultivos con y sin cubiertas, a fin de atenuar las alteraciones
fisiológicas derivadas de la modificación ambiental”, explicó Giovanneti.
“Debido al cambio climático y su efecto sobre las plantas,
se hizo necesario estudiar su efecto en cerezos a través de esta plataforma
tecnológica que proviene de un proyecto FIA anterior. Esta plataforma se llama
IKAROS y está adaptada para las variables climáticas en manzanos. En este
proyecto se trabajará en cerezos, con énfasis en clima y su nutrición”, aportó
Álvaro Sepúlveda, ingeniero agrónomo de la unidad de Ecofisiología del Centro
de Pomáceas.
Los indicadores serán incorporados a la Plataforma de
Monitoreo Climático y Gestión Nutricional IKAROS del Centro de Pomáceas de la
Universidad de Talca, en la cual se llevarán los registros meteorológicos de
cada módulo asociado y se emitirán alertas tempranas para ajustar el manejo de
cada huerto, de acuerdo con las condiciones climáticas de la temporada y su
estado nutricional.
De todos modos, José Antonio Yuri advirtió: “El mayor drama
que vamos a tener con el cambio climático no es el aumento de la temperatura
sino la falta de agua. Para producir un kilo de manzana se requieren por lo
menos unos 120 litros de agua con el fin de regar el frutal y el 1% del agua
que transpira queda retenido en la fruta. Debemos ser capaces de gestionar de
mejor manera nuestro recurso hídrico, de manera de seguir protegiendo nuestra
fruticultura y la importante tarea de producir alimentos para nuestro país”..
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