Arreglos en torno al cuestionado paradero del sector La Virgen aún no han sido completados.
Parada en el umbral del portón de su casa, la esposa de Edgardo Migri Muñoz, el conductor del bus Vía Costa colisionado hace exactamente un año por otra máquina de la empresa Berr Tur, dejando un saldo de siete personas fallecidas y una cincuentena de lesionados, recordó los casi insoportables días que le sucedieron como familia.
Y dentro de su relato, en ocasiones tímido y lacónico, mencionó quizás uno de los golpes que más dolieron tras el siniestro desatado en el kilómetro 372 de la Ruta 5 Sur, frente al sector La Virgen, en San Carlos.
“Él me dijo varias veces que nunca se le iba a olvidar la imagen de la niñita de cuatro años que murió en el accidente, ni la de la pasajera extranjera (francesa) que también falleció, porque incluso habían estado compartiendo con él en el terminal de buses, antes de subirse a la máquina”, evocó.
En efecto, los decesos de la joven europea Chloe Delaloy, de tan sólo 19 años, y de la menor Génesis Rivas Rivas, fueron los que en primera instancia impactaron con dureza a los ñublensinos, quienes con el correr de las horas se fueron enterando que la lista de fallecidos pasó de cuatro a siete.
Pese a todo lo anterior, la mujer de Edgardo Migri -quien se reservó el derecho de ser identificada y cuyo marido no pudo hablar- aseguró que judicialmente no han sabido nada, ya que no se les ha informado de resolución judicial alguna, por lo que malamente podría hablar de demandas civiles. “Todo eso lo está viendo el jefe de mi marido (el dueño de la empresa Vía Costa, Hugo Figueroa), pero parece que no ha pasado nada todavía, si no ya nos habrían avisado”, aventuró.
Y estaba en lo cierto. Ni ella, ni la empresa Vía Costa ni los familiares de los siete fallecidos o de los lesionados -algunos de ellos gravísimos- han podido tomar mayores iniciativas, puesto que desde que se judicializó el caso, con la formalización del chofer del Berr Tur, Antonio Feres Valle (de 60 años), el mismo día del accidente ocurrido cerca de las 02.00 de la madrugada y quien quedó entonces con arresto domiciliario, la Fiscalía aún no ha culminado la etapa de investigación del caso, por lo que los tribunales no han podido dictaminar sentencias ni determinar culpables a quien poder demandar posteriormente por la vía civil.
Diligencias pendientes
Transcurrido un año del accidente, el fiscal Rolando Canahuate manifestó mediante la unidad de Comunicaciones de la Fiscalía Regional que aún hay diligencias pendientes por evacuar por parte de la SIAT, quienes ya habían entregado un primer informe con las causas basales del accidente. “45 días después de ocurrido el accidente, nosotros enviamos el informe técnico a la Fiscalía, en donde se precisaba que la responsabilidad del accidente recaía en el conductor de la empresa Berr Tur”, explicó el capitán Carlos Cortés, quien añadió que posteriormente se le asignaron otras investigaciones, relativas a detalles como el uso de cinturones por parte de los pasajeros.
Y dentro de su relato, en ocasiones tímido y lacónico, mencionó quizás uno de los golpes que más dolieron tras el siniestro desatado en el kilómetro 372 de la Ruta 5 Sur, frente al sector La Virgen, en San Carlos.
“Él me dijo varias veces que nunca se le iba a olvidar la imagen de la niñita de cuatro años que murió en el accidente, ni la de la pasajera extranjera (francesa) que también falleció, porque incluso habían estado compartiendo con él en el terminal de buses, antes de subirse a la máquina”, evocó.
En efecto, los decesos de la joven europea Chloe Delaloy, de tan sólo 19 años, y de la menor Génesis Rivas Rivas, fueron los que en primera instancia impactaron con dureza a los ñublensinos, quienes con el correr de las horas se fueron enterando que la lista de fallecidos pasó de cuatro a siete.
Pese a todo lo anterior, la mujer de Edgardo Migri -quien se reservó el derecho de ser identificada y cuyo marido no pudo hablar- aseguró que judicialmente no han sabido nada, ya que no se les ha informado de resolución judicial alguna, por lo que malamente podría hablar de demandas civiles. “Todo eso lo está viendo el jefe de mi marido (el dueño de la empresa Vía Costa, Hugo Figueroa), pero parece que no ha pasado nada todavía, si no ya nos habrían avisado”, aventuró.
Y estaba en lo cierto. Ni ella, ni la empresa Vía Costa ni los familiares de los siete fallecidos o de los lesionados -algunos de ellos gravísimos- han podido tomar mayores iniciativas, puesto que desde que se judicializó el caso, con la formalización del chofer del Berr Tur, Antonio Feres Valle (de 60 años), el mismo día del accidente ocurrido cerca de las 02.00 de la madrugada y quien quedó entonces con arresto domiciliario, la Fiscalía aún no ha culminado la etapa de investigación del caso, por lo que los tribunales no han podido dictaminar sentencias ni determinar culpables a quien poder demandar posteriormente por la vía civil.
Diligencias pendientes
Transcurrido un año del accidente, el fiscal Rolando Canahuate manifestó mediante la unidad de Comunicaciones de la Fiscalía Regional que aún hay diligencias pendientes por evacuar por parte de la SIAT, quienes ya habían entregado un primer informe con las causas basales del accidente. “45 días después de ocurrido el accidente, nosotros enviamos el informe técnico a la Fiscalía, en donde se precisaba que la responsabilidad del accidente recaía en el conductor de la empresa Berr Tur”, explicó el capitán Carlos Cortés, quien añadió que posteriormente se le asignaron otras investigaciones, relativas a detalles como el uso de cinturones por parte de los pasajeros.
Polémico paradero
Uno de los puntos que se cuestionó tras el accidente fue la ubicación de un paradero presente a un costado del camino, posición que se interpretaba como peligrosa si se tiene en cuenta que está a la orilla de una pista de alta velocidad.
“Este refugio fue intervenido, lo mismo que el que está al costado poniente de la ruta, está un poco más atrás y se dejó más espacio para la pista de aceleración”, explicó el capitán Cortés, quien destacó que ni antes ni después se han registrado otros accidentes de tránsito en ese punto.
De todas formas, la pista de aceleración se ofrece para los vehículos que pasan detrás de la garita, no para quienes se detienen a recoger o dejar pasajeros en la pista. Esto obedece a que las obras de remodelación que se había iniciado a mediados del 2012 se detuvieron intempestivamente, sin que el municipio local supiera por qué. El alcalde, quien se encuentra de vacaciones, ha manifestado en más de una oportunidad su disconformidad con tal situación, que además perjudica otras vías del centro de la ciudad, por lo que incluso ha amenazado con tomarse las calles en señal de protesta. Habrá que esperar qué ocurrirá a su retorno.
Uno de los puntos que se cuestionó tras el accidente fue la ubicación de un paradero presente a un costado del camino, posición que se interpretaba como peligrosa si se tiene en cuenta que está a la orilla de una pista de alta velocidad.
“Este refugio fue intervenido, lo mismo que el que está al costado poniente de la ruta, está un poco más atrás y se dejó más espacio para la pista de aceleración”, explicó el capitán Cortés, quien destacó que ni antes ni después se han registrado otros accidentes de tránsito en ese punto.
De todas formas, la pista de aceleración se ofrece para los vehículos que pasan detrás de la garita, no para quienes se detienen a recoger o dejar pasajeros en la pista. Esto obedece a que las obras de remodelación que se había iniciado a mediados del 2012 se detuvieron intempestivamente, sin que el municipio local supiera por qué. El alcalde, quien se encuentra de vacaciones, ha manifestado en más de una oportunidad su disconformidad con tal situación, que además perjudica otras vías del centro de la ciudad, por lo que incluso ha amenazado con tomarse las calles en señal de protesta. Habrá que esperar qué ocurrirá a su retorno.