8 de cada 10 personas creen que es frecuente y que la escuela ya no es un espacio seguro
Según un Estudio del Observatorio Social de la Universidad del Alba, dependiente de la Facultad de Ciencias Sociales, revela una alta preocupación ciudadana por el aumento de episodios de violencia en los colegios —incluido el reciente caso de un profesor de Limache, separado de sus funciones por agresión verbal a estudiantes- con una percepción extendida de inseguridad y una demanda por medidas preventivas que fortalezcan el rol de las familias y devuelvan autoridad a los docentes.
Agosto, 2025.- En medio de un escenario marcado por diversos episodios de agresiones entre estudiantes, ataques a docentes y hechos recientes como la agresión verbal de un profesor a estudiantes en un colegio de Limache—situación que motivó su separación de funciones—, un nuevo estudio del Observatorio Social de la Universidad del Alba entrega un diagnóstico inquietante sobre la percepción ciudadana frente a la violencia escolar en Chile.
La encuesta, realizada entre el 17 y el 25 de julio de 2025 a 1.000 personas mayores de 18 años en 70 comunas del país, muestra que el 78,9% cree que la violencia entre estudiantes es frecuente o muy frecuente, destacando como formas más comunes la violencia psicológica, la física y el ciberacoso. Estos datos confirman que el problema trasciende las salas de clases y se extiende a entornos virtuales y comunitarios.
Uno de los hallazgos más relevantes es que solo un 36,6% considera que los colegios son espacios seguros para niños y adolescentes, lo que refleja una pérdida de la función protectora que históricamente se le ha asignado a la escuela.
Además, un 52% considera que la violencia juvenil, en general, es “muy preocupante”, vinculándola principalmente a la falta de disciplina en el hogar, el consumo de drogas y alcohol, y la influencia de las redes sociales.
“La violencia escolar ha dejado de ser un hecho aislado para convertirse en un problema estructural que refleja tensiones en la familia, la comunidad y las redes sociales. Los resultados muestran que la ciudadanía ya no percibe la escuela como un espacio seguro, y eso es una alerta que no podemos ignorar si queremos preservar su rol formativo y protector”, explica Marcelo Estrella, académico del Observatorio Social, perteneciente a la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad del Alba.
El estudio revela también un consenso mayoritario respecto a la responsabilidad en la prevención: dos de cada tres personas creen que son los apoderados quienes deben liderar las acciones para frenar la violencia escolar, por sobre el Estado y los establecimientos educativos. Sin embargo, esta visión choca con otra preocupación: los hogares son vistos al mismo tiempo como parte del origen del problema.
En cuanto a soluciones, la
ciudadanía se inclina por medidas de carácter preventivo antes que punitivo.
Entre las más respaldadas están:
- Participación activa de apoderados en programas
preventivos (25,5%).
- Mayor autoridad para profesores y directivos
(21,6%).
- Orientación psicológica en los colegios (21%).
Solo un 13,1% respalda la
expulsión rápida de estudiantes violentos, lo que confirma que el énfasis
ciudadano está en la educación y el acompañamiento antes que en el castigo.
La encuesta deja un mensaje claro: la violencia escolar es percibida como parte de un fenómeno social más amplio que involucra al hogar, la comunidad y las redes sociales. Para enfrentarla, se requiere un esfuerzo coordinado que recupere el rol formativo y protector de la escuela, fortalezca la autoridad docente y fomente un trabajo activo entre familias y establecimientos.
“Los resultados muestran una ciudadanía que demanda prevención, más vínculo entre las familias y las escuelas, y un Estado capaz de responder con políticas integrales. La violencia escolar es un síntoma de problemas más profundos que afectan a toda la sociedad”, señalaron desde el Observatorio Social de la Universidad del Alba, dependiente de la Facultad de Ciencias Sociales dirigida por el decano Cristian Monckeberg.