Descubrimiento reduce el uso de fertilizantes y aumenta la producción de tomates
La demanda de vegetales frescos durante todo el año ha
impulsado el cultivo de tomates en invernaderos. Sin embargo, esta práctica ha
incrementado la necesidad de fertilizantes, cuyos costos son cada vez mayores y
tienen negativos efectos para el medio ambiente. Un nuevo estudio, publicado en
la revista científica Frontiers in Plant Science, propone una alternativa
sostenible: el uso de bacterias beneficiosas para reducir la cantidad de
fertilizantes sin disminuir el rendimiento de los cultivos.
Bacterias beneficiosas
Los investigadores probaron dos bacterias, Bacillus safensis
y Bacillus siamensis, que favorecen el crecimiento de las plantas al mejorar su
hidratación y desarrollo. El estudio analizó el efecto de estas bacterias en
cultivos de tomate con dos niveles de fertilización: uno al 100% y otro
reducido al 66%. También se incluyeron como referencia programas de
fertilización convencional, con y sin biostimulantes comerciales.
Resultados del estudio
Los resultados fueron sorprendentes. Al combinar la
fertilización al 66% con estas bacterias, el peso promedio de los tomates
cosechados aumentó entre 1.5 y 2 veces en comparación con otros tratamientos.
Además, el rendimiento con el fertilizante reducido fue similar al del programa
convencional al 100%, demostrando que es posible usar menos fertilizante sin
perder productividad.
Equipo de investigación
El equipo de investigación incluye científicos chilenos y
guatemaltecos: Fabiola Altimira, Sebastián Godoy, Matías Arias Aravena, Nataly
Vargas, y Eduardo Tapia del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA)
en Chile; y Erick González, Elena Dardón, Edgar Montenegro, e Ignacio Viteri
del Centro de Excelencia Microbiano en Guatemala.
Beneficios sostenibles
Este estudio ofrece una opción sostenible para la
agricultura, ya que reducir el uso de fertilizantes no solo baja costos para
los agricultores, sino que también reduce los efectos ambientales del uso
intensivo de químicos. La aplicación de estas bacterias en fertilización
reducida podría transformar el cultivo de tomates, haciéndolo más eficiente y
amigable con el medio ambiente, comentaron los autores.