AGRO.- Son las Fiestas Patrias en Chile y en la comuna de Sagrada Familia se vive con mucha intensidad esta fecha, que sin duda es la que tiene mayor salida de algunos de sus productos estrellas: chicha, pipeños y vinos.
Laura Melladlo, de Viña Las Hermanas Mellado, de la localidad de Rincón de Mellado, nos cuenta que la vida de su familia siempre ha estado ligada a las viñas. Primero fue su padre, más tarde su madre y hoy, tras la partida de ambos, son ella y su hermana las que se encargan de mantener viva esta tradición con la elaboración de chicha y pipeños que venden en su propia bodega a granel.
Usuaria de INDAP y del programa Prodesal, Laura señala que este servicio le ha permitido postular a proyectos de inversión y a créditos para ir mejorando su negocio. “Lo más lindo, la pasión mía, es trabajar en las viñas. Estas viñas son súper antiguas, son de rulo, entonces para mantenerse en estos años de sequía se necesita de un gran trabajo. Estas viñas también nos dan uvas muy ricas. Como son de secano, su calidad es muy buena y gracias a eso podemos sacar una chicha de gran calidad“, dice la productora.
Cristian Guzmán, de vinos La Picá del Nego, también de Rincón de Mellado, es otro exponente de la tradición de la zona. Lleva 24 años trabajando, pero dice que partió a los 12, porque su abuelo tenía una pequeña bodega y se dedicaba a este negocio. De sus siete hermanos, Cristian fue el único que siguió sus pasos: “Fue un mensaje de cariño de mi abuelo y él nos enseñó esto, y siempre quise mantener la tradición y me fue gustando con el tiempo. Es un sacrificio, pero siempre pensando que no se termine esta tradición. Me enorgullece trabajar haciendo la chicha, los vinos tintos y los buenos pipeños”.
La comuna también tiene savia joven dispuesta a emprender en este territorio, como es el caso de Luis Germán Reyes, dueño y fundador de Viña Reyes, que con solo 29 años está impulsado su propio emprendimiento. Ingeniero comercial de profesión, vio en las uvas que producía su papá la oportunidad de generar algo propio y empezó elaborando pequeñas cantidades de vino que le ayudaron a solventar sus estudios. Partió con 200 litros de vino y hoy produce cerca de 30 mil litros de carmenere y syrah, de los cuales algunos los vende a granel y otros embotellados con su propia etiqueta.
Reyes es usuario INDAP, recibe asesoría especializada y ha obtenido varios proyectos de inversión a través de la institución. “La idea mía desde chico siempre fue no trabajar para alguien, sino que tener mi propio negocio y manejar mis propios tiempos. Y eso es lo que sigo pensando y espero en el futuro poder lograrlo. Siempre me gustó el campo, porque la libertad que se siente al trabajar en el campo es impagable. El vino significa harto para mí, porque es un ingreso que me ha ayudado a financiar mis estudios y además es lindo su proceso, cultivar y procesar la uva”.