En prisión preventiva autor de doble homicidio de Quirihue


REGIONES. - La mañana del sábado se realizó la audiencia en el Tribunal de Garantía de Quirihue la audiencia para determinar la detención de P. C. Silva (65) formalizado por los homicidios de su hermana María Elena Contreras Silva (63) y del esposo de su sobrina, Víctor Lonconado Palma (37), hechos registrados la madrugada del miércoles pasado en un campo ubicado en el km 58, de la Ruta 126, en el sector Santa Elena, en Quirihue.

Los hechos

El lío fue por una herencia. Una herencia de un par de hectáreas en el sector Santa Elena, de Quirihue, que debían repartirse dos hermanos.

Patricio Contreras, de 65 años, quería vender, pero su hermana, María Elena, de 63 años, no quería y eso ya les había significado discusiones, amenazas e insultos varios que se lanzaban desde la “casa nueva” de Patricio a la “casa vieja” donde vivía Elena con su hija, el marido de ella y el hijo en común, de nueve años, y que está diagnosticado con TEA.

Cuando Patricio salía a tomar, las cosas eran peores y muchas veces era Víctor, el yerno de Elena, quien, gracias a su experiencia en situaciones de crisis, conseguida tras muchos años trabajando en el hospital de Quirihue, lograba conseguir algo de calma. Nunca hubo denuncias formales por amenazas.

El pasado 2 de abril, la ecuación se completó. La discusión inconclusa por la herencia, alcohol y amigos en la casa de Patricio; y una escopeta cargada. Solo faltaba un pequeño detonante.

“Comenzó a sonar la alarma de su auto (en horas de la madrugada) y el yerno salió a pedirle que la apagara. Ahí fue que tomó la escopeta y se puso a disparar”, comentó el fiscal de Quirihue, Eduardo Planck.

Patricio había ido por la escopeta la segunda vez que le pidieron que apagara la alarma, esta vez en voz de su hermana. A ella le llegó el primer disparo y cayó en la puerta de acceso de su casa.

Los amigos de Patricio arrancaron, mientras los perros ladraban impotentes porque los habían dejado encerrados en el canil.

El segundo objetivo era su sobrina, quien estaba desesperada intentando calmar a su aterrado hijo. Apuntaron en su contra y dispararon, pero Víctor se interpuso y cayó muerto.

La joven desesperada y con la pierna herida tomó a su hijo y se escondió bajo la cama. Imposible es, por el momento, saber qué hizo que Patricio no la siguiera buscando en el lugar más obvio de todos y, en cambio, se fuera del lugar.

Dejó la escopeta, aún con dos cartuchos puestos – como si cada uno tuviera un nombre – apoyada en unos arbustos. Luego se metió a su casa a esperar a la policía.

El Juzgado de Garantía de Quirihue ordenó la prisión preventiva del imputado y dio un plazo de tres meses a la investigación de la Fiscalía, para a investigación de este caso. 


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