REGION.- (ladiscusion.cl).- Hacía meses que se especulaba
con la salida del seremi de Agricultura, Fernando Bórquez, de su cargo.
Esta se concretó finalmente el pasado viernes, luego de una
compleja convivencia del independiente con el diputado de RN, Frank Sauerbaum,
quien siempre quiso en dicho cargo al exdelegado ministerial, Juan Carlos
Molina, el nombre que corre hoy con ventaja en el partido para asumir la cartera.
Lejos ya de sus funciones, Bórquez sostiene abiertamente que
su alejamiento se debió a motivaciones políticas, y cuestiona en duros términos
las presiones recibidas por el parlamentario, y el actual subsecretario del
ramo, José Pinochet.
– ¿Su salida fue voluntaria o se la solicitaron?
– Hubo un poco de ambas cosas. Desde que fui nombrado seremi
en el Biobío, sistemáticamente el diputado Frank Sauerbaum hizo comentarios en
torno a que no estaba de acuerdo con mi trabajo y que no le servía para sus
intereses. Posteriormente, durante dos años esto se incrementó y es un hecho
conocido, constantemente se habló de mi salida. Siempre se dijo que yo tenía un
buen perfil técnico, pero un mal perfil político, situación que me genera
dudas, pues participé en dos clases magistrales que nos hizo el exministro
Chadwick en las que nos habló de lo que era ser un buen político, que había que
estar en contacto con la gente. Cuando lo escuché, sentí que era lo que yo he
hecho siempre, por lo que mi conclusión es que tan ignorante en cuanto a
política no soy. En lo que sí soy ignorante es en la politiquería baja, que es
la que predomina a nivel nacional.
– ¿Quién le comunicó su salida?
– Cuando se nombra al nuevo subsecretario, José Pinochet,
comenzaron los problemas. Como no podían sacarme, esta cosa fue escalando, a
tal punto que la primera semana de enero me llama el intendente y me dice que
el ministro del Interior le comunicó la necesidad de hacer un cambio en
Agricultura. Poco después, el subsecretario me comunicó mi salida inminente, y
me conminó a renunciar. Lo siguieron haciendo su jefe de Gabinete y otros
personeros. Yo no iba a hacerlo hasta hablar con el ministro, y me tomé unos
días de vacaciones, en los que decidí que no me interesaba realmente seguir,
porque además de la presión del parlamentario, estaba incluso siendo maltratado
por personal de la Subsecretaría. A esta altura de mi vida no estoy para pasar
por esto, yo vine a contribuir a mi región. Tengo experiencia y reconocido no
solo como académico, sino también como dirigente agrícola y agricultor. Conozco
perfectamente cómo funcionan los agricultores, cómo piensan, y tengo llegada en
el sector. Desgraciadamente duró menos de lo que hubiera querido.
– Durante el tiempo que ejerció como seremi, ¿Se sintió
apoyado?
– Siempre me sentí respaldado por los agricultores; por el
ministro de Agricultura; por el anterior subsecretario y por el intendente
Arrau. También me sentí apoyado por una parte de RN; la UDI y Evópoli. Incluso,
por parlamentarios de oposición.
“Ha tenido problemas con mucha gente”
– ¿Qué le han dicho los agricultores sobre su salida?
– Hay que comprender la idiosincrasia de los agricultores,
sobre todo, en una región rural como esta donde hay pequeños productores que
requieren diversificar su matriz de manera asociativa, como logramos hacerlo
finalmente con los viñateros, a quienes les propusimos un trabajo a largo
plazo. Conversé mucho con ellos en todas las comunas, y lo que ahora me dicen
es ‘logramos confiar en ud. y ahora nos deja botados’.
– ¿Durante su gestión sintió que le solicitaron acciones
ajenas a la condición de su cargo?
– No. La verdad es que con el diputado Sauerbaum solo nos
saludábamos. En alguna oportunidad, a instancias del ministro, quien me dijo
que hablara con él, lo llamé. Quedamos de reunirnos, pero no pasó nada. Con el
subsecretario tuvimos una conversación franca y me indicó que yo salía por
razones políticas. Si uno hace un análisis, pesa más ser un buen político que
un buen profesional; pesa más que una persona, con fondos del Estado,
contribuya a ayudar a una campaña política, en vez de trabajar para la
comunidad. Y yo para esas cosas no estoy. No puede una persona utilizar un
cargo que es de funcionario público, pagado por todos los chilenos, para
intereses particulares.
– ¿Su compleja relación con el diputado Sauerbaum la viven
también otras autoridades regionales?
– Él (Sauerbaum) ha tenido problemas con mucha gente. Basta
recordar cuando se retiró Ignacio Vera de la Seremi de Obras Públicas, él dijo
que había sido muy complicado trabajar con el diputado. Él ha querido en todas
partes meter a su gente, y desde cierto punto de vista es natural querer tener
gente del mismo sector, pero de ahí a hacer una persecución por casi dos años,
creo que no corresponde. Quizás si él se hubiera sumado a lo que yo estaba
haciendo, le habría ido mejor. Es otra la modalidad que él tiene.
– ¿Seguirá en política, o retomará sus labores académicas?
– Nunca quise meterme en política porque sabía que era
cochina, y ahora, después de esta experiencia, creo que es más cochina de lo
que pensé. Yo no respiro por la herida, mi currículum está hecho. Para asumir
como seremi debí renunciar a hacer clases en cuatro universidades y a ser
acreditador internacional, labor esta última que retomaré a fin de mes, cuando
vaya a acreditar a la U. Nacional de Colombia. También tengo la opción de
retomar un cuarto de jornada en la U. de Concepción. Por ahí va mi futuro.
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