Agricultor reutiliza agua para regar sus frutales


El agua sencillamente ya no le estaba alcanzando para el riego de sus frutales. Hasta hace un mes, Juan Altamirano, agricultor de Olmué, contaba con una mínima fuente hídrica proveniente de aguas subterráneas inscritas cercanas a su predio,
ubicado en el sector El Tebal de Las Palmas, lo que complementaba con lo que una vez por semana le lleva el camión aljibe municipal.


El temor comprensible de perderlo todo por no contar con agua suficiente para regar sus cultivos fue la chispa que encendió el ingenio de este hombre de campo, que terminó creando un sistema artesanal para aprovechar las aguas utilizadas en el lavaplatos y el lavamanos de su casa. Algo de alivio consiguió con su idea, la que más tarde perfeccionó gracias a INDAP, a través de un proyecto piloto de mejoramiento de su sistema de riego y tratamiento de aguas grises, en el marco del Programa de Riego Intrapredial (PRI).

El objetivo de este proyecto era mejorar la eficiencia del sistema de riego de frutales y aumentar la disponibilidad del recurso hídrico mediante el aprovechamiento de las aguas de consumo humano. Lo anterior, con tecnología que permitiera reutilizar las aguas grises que se producen en el hogar, específicamente de la ducha, lavadora y lavamanos, aproximadamente 3 mil litros a la semana.

Es importante señalar que por aguas grises se entienden todas las aguas residuales domésticas que se generan en los procesos de un hogar, excepto aquellas que provienen del inodoro. Estas aguas tienen una carga contaminante inferior y su tratamiento es más simple.


“Ahora tengo riego automático a través de una bomba que la hace llegar a las plantas, cerca de 70 árboles más o menos, entre limones y paltos”, cuenta Altamirano.


Las principales obras del proyecto fueron la implementación de riego por goteo de 72 árboles y un sistema de tratamiento de aguas grises que, mediante la inyección de ozono, permite el control microbiológico y de olores. Se trata de un sencillo equipo de filtrado que captura las partículas e impurezas e impulsa el agua a un estanque donde se realiza la inyección automática de ozono.

“Aquí no pierdo ni una gota de agua. Es una buena iniciativa para la escasez de agua que estamos viviendo. El sistema ha funcionado bien y me permite mantener mis plantas”, expresa Altamirano, quien es usuario del Programa de Desarrollo Local (Prodesal) de Olmué.

Este agricultor tiene además cultivo de ciboulette, el que riega con el escaso recurso hídrico que le queda de sus aguas subterráneas y comercializa en las ferias de Belloto, Viña del Mar y el Mercado Puerto de Valparaíso.


El proyecto de mejoramiento del sistema de riego y tratamiento de aguas grises benefició 0,6 hectárea de terreno y demandó una inversión de $ 4.304.507, con un incentivo de INDAP de $3.874.056 y un aporte del agricultor de $430.451.

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