Agrupación medioambiental de Yungay “Acmay”
La recurrente, representada por
Ernesto Campos López, afirma en el escrito que la Comisión “en forma arbitraria
e ilegal” calificó favorablemente el proyecto de la empresa Eléctrica Puntilla,
el 8 de octubre de 2012.
El recurso apela a la vulneración
del derecho constitucional a vivir en un medio ambiente libre de contaminación
y argumenta que en el proyecto “el impacto generado en el entorno y en la
naturaleza es nefasto e irreparable; dicho sea de paso, los canalistas del
sector se ven profundamente afectados, puesto que las faenas han ocasionado
perjuicios, debido a que se ha utilizado como vertedero su canal por parte de
la empresa, lo que originó una denuncia formal ante la DGA, que obligó a la
limpieza de dicha basura”.
También se sostiene que los peces
no continuarán con su ciclo natural siendo relegados a la extinción. Además,
afirman que la flora y fauna se verán afectados debido al desvío de caudales y
remoción de materiales.
empresa rechazó críticas
Alejandro Gómez, gerente general
de Eléctrica Puntilla (la misma que construye la central Ñuble), se mostró
sorprendido por la acción legal: “Nos sorprende un poco, porque nuestra
política siempre ha sido de puertas abiertas y disposición al diálogo con todos
los miembros de la comunidad”.
El ejecutivo sostuvo que “cuando
el Estado aprueba una resolución de calificación ambiental (RCA), es porque
están debidamente resguardados los derechos garantizados en la Constitución y
la leyes en relación con el cuidado del medio ambiente y la protección de las
personas. Esperaremos la resolución de la Corte, confiando en el buen
funcionamiento de la institucionalidad”.
Gómez enfatizó que los impactos
del proyecto son mínimos. “Fueron ampliamente considerados durante el estudio
de impacto ambiental y quedaron completamente resguardados al emitirse la RCA”,
precisaron.
Añadió que “entre la captación y
la restitución de las aguas hay sólo 500 metros de distancia, y el caudal del
río ha sido debidamente resguardado por el caudal ecológico; la minicentral
solo utilizará el 35% de los derechos que posee, y no operaremos en verano.
Todo lo anterior, teniendo en cuenta la importancia de resguardar la belleza
escénica del Salto del Itata. Adicionalmente, la casa de máquinas y todas las
operaciones de la central están 60 metros bajo tierra, lo que impide la
contaminación acústica y visual”.