Agricultura de riego afectada por temperaturas y falta de agua


A inicios de la cosecha de maíz y achicoria, aún es prematuro hablar de rendimientos.
Pocos de los entrevistados para esta nota dejaron de contrastar la noticia de la pronta licitación del Embalse La Punilla anunciada en estos días, con la dura situación que viven la generalidad de los agricultores con la sequía de este año y sus consecuencias en los cultivos que ya están cosechados o en inicios de cosecha.
Por estos días se inicia la cosecha de maíz y achicoria, y los productores de estos rubros no se atreven a hacer proyecciones de rendimiento por lo prematuro, pero están preocupados. Peter Guhl de la industria Beneo Orafti, señala que partieron el 18 de marzo, con la achicoria y que más que el problema de agua, ya que el requerimiento del producto es relativamente menor que otros, si está expectante por lo que puede ocurrir debido a las altas temperaturas. Las estaciones meteorológicas de su industria muestran una acumulación de temperaturas sobre los 28 grados: “lo que es malo para muchos cultivos”.
Guhl, reconoce que a simple vista se ve menos y teme que no se mantenga el rinde promedio de 55 toneladas por hectárea, que es lo proyectado para las 1.150 hectáreas que se siembran en Ñuble. 
El productor maicero de San Carlos, Fernando Jeldres, tampoco se atreve a predecir en cuanto será la caída de los rindes, pero está cierto que los habrá. La temporada está partiendo con más de 10 días de adelanto. Afirma que para que el año sea productivo en el rubro, conforme a los precios actuales hay que tener un rendimiento de al menos 14 toneladas por hectárea.
Marcelo San Martín, dirigente remolachero de San Carlos, también está cierto que habrá mermas en este producto. En su caso no ha podido reponer el agua a su cultivo de acuerdo a las pautas semanales de evotranspiración que le entrega Iansa, por lo que en la temporada ha perdido el equivalente de un riego, lo que sabe, le va a pasar la cuenta al final.
En todo caso, y en mayor medida para los que contrataron en dólares, “los valores de este año permiten alguna caída en los rindes sin afectar los márgenes habituales del negocio”, señala San Martín.
Algo similar ocurre con las frambuesas, que están a fin de temporada, ya que tienen dos plus: Alza de valores internacionales y precio relacionado al dólar. Esto permite que la producción orgánica esté del orden de los $2.900 el kilo y la convencional en $1.300, casi doblando la temporada anterior.
Robinson Peña, productor e importador directo de Coihueco, ya estima sus mermas en 30% de la producción de este año y la atribuye a la suma de temperatura y falta de agua. Su producción es orgánica, con lo que amortigua esta situación.
Juan Muñoz, también productor orgánico de frambuesas de Coihueco, señala haber tenido mejor suerte en sus rindes, pero que ha tenido que hacer un esfuerzo mayor para distribuir bien el agua. 
En general los productores de berries este año no se han quejado.
Ganadería en problemas
Carlos González Mufdi, presidente de Aprocarne Ñuble, dice que para los ganaderos de carne y leche, la situación no puede estar peor y que se refleja en la mayor cantidad de animales para remate en las ferias, incluyendo vacas de lechería y vientres de reposición que terminan “yendo al cuchillo”. Llevando la situación a números estima que el aumento de cabezas en feria es de un 30% y la baja de precios de la misma proporción.
Señala que en este ambiente el novillo gordo ha subido de precio, porque se ha vuelto un producto que escasea, mientras que los precios de los terneros ha bajado drásticamente, superando la crisis que en este mismo sentido se vivió el año pasado: “Estamos viviendo el verano más seco de los últimos 50 años, de acuerdo a los índices de meteorología”.

En tanto los productores ya han echado mano a sus recursos forrajeros para invierno (fardos y silos) y tarde o temprano la continuidad del negocio pasará por la disposición de dinero para adquirir forraje.

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