“Me mataron no se cuántas veces, y aquí anda el viejo Chalton”.



Si a un sancarlino le preguntan por Germán Rodríguez bien puede que diga que no lo conoce,
pero si a un sancarlino le preguntan por “Chalton” seguro lo imaginará cerca del club de sus amores: Deportivo Unión.
Chalton nació y se crió en San Carlos y ha vivido para el deporte, especialmente el fútbol. “Me pusieron “Chalton” por el jugador inglés Bobby Charlton que jugaba en la selección y en el Manchester United, tenía un hermano Jack Charlton que era central, no, si me tuve que aprender la historia entera”.
Nuestro Chalton es casado y tiene dos hijos y un nieto (Martín) “Ese va a ser futbolista, yo mismo lo estoy instruyendo”. Lleva mas de 40 años ligado al Deportivo Unión, club al que le ha entregado todo su cariño y club en que todos le quieren y respetan, su fama incluso trasciende a los otros clubes de la ciudad, todos reconocen en Chalton a una persona que utiliza el deporte como un arma para hacer el bien. Desde los primero días de su llegada ha estado a cargo de la formación y el monitoreo de los cadetes. “Tengo a cargo niños desde los 6 hasta los 11 años, les enseño cuestiones técnicas, tácticas y físicas, el famoso te-ta-fi. El fútbol no es sólo correr y echar goles, es mucho más que eso. Nosotros como club hemos tenido grandes logros, jugamos una final nacional el año 92, además lo verdaderamente importante es haber formado una familia como la unionina, tener el gimnasio, el complejo, jugadores de fútbol, de básquetbol, ahora arreglamos la cancha, pusieron techo nuevo, si la cosa tiene que andar bien.”.
Hace un par de años Chalton sufrió 4 infartos que lo tuvieron al borde la muerte, perdió su capacidad de trabajar y estuvo muy complicado de salud “Me mataron no se cuántas veces, y aquí anda el viejo Chalton. Estuve 2 años recuperándome y hoy día estoy a cargo de nuevo del gimnasio, estoy muy agradecido de Unión”.

Consultado por la cantidad de jugadores que ha formado en Unión sostiene: “Difícil contarlos, han sido 40 años, muchos niños que hoy veo en la calle y ya son adultos, algunos profesionales, trabajan, son abuelos, siempre regresan a la cancha y me saludan sonriendo, estoy muy orgulloso de esas sonrisas”. Sobre su actual estado de salud responde seco: “Tengo que estar sano. Yo no puedo morirme. ¿Que sería de San Carlos sin mi?”. (M. González)

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