Comentario: Informes sociales con fotografías… ¿Creatividad sancarlina?


En relación con la información aparecida en San Carlos Online,
referida a que se estaría fotografiando al grupo familiar y habitaciones, de postulantes a becas municipales para estudiantes universitarios, esto en la municipalidad de San Carlos, por parte de funcionarios de la Dirección de Desarrollo Comunitario de dicha Municipalidad, quisiera entregar opinión referida al caso en cuestión.
Lo primero es dejar claridad que los informes sociales que son emanados de cualquier Dirección de Desarrollo Comunitario, suponen la participación de personal competente para proporcionar y confeccionar dichos informes, es decir, éstos deben ser hechos por un profesional del área, en este caso, por un Trabajador(a) Social.
Atendiendo a la información aparecida en relación a la postulación de estudiantes para la obtención de Beca Municipal, que estaría requiriendo además del informe social correspondiente, de un set de fotografías del entorno familiar y de ciertos espacios de la casa habitación,  y ratificada por el Director de Desarrollo Comunitario señor... quién ha declarado que dichas fotografías y el informe son llevados al escritorio del señor Alcalde para que sea éste quien revisando la información, decida con mayores elementos la adjudicación de Becas, entonces me parece que el procedimiento está errado y lo que es peor vulnera el principio de confidencialidad de la información obtenida, en este caso mediante entrevista con el profesional competente.
Si bien existen tratados de ética profesional para Trabajadores Sociales (asistentes sociales), ninguno de ellos tiene carácter de oficial, quedando entonces, varias cuestiones supeditadas y restringidas al plano ético personal de cada profesional.
Respecto del uso de fotografías que pudieran sumarse al informe social, éstas se encuentran legitimadas, sólo en el caso que aporten, siendo “necesarias” y no resulten vulneratorias, frente a la confidencialidad que supone la información recibida por parte del asistido.
Ahora bien, cuando hablamos de la “necesidad” de usar fotografías, esto pudiera caer en el plano de lo relativo. En tanto hoy por hoy se usan sólo en casos judiciales, en donde se pretende establecer como medio de prueba la vulnerabilidad de niños o niñas, a quienes se tiene por objeto proteger en algún juicio y estas fotografías podrían resultar relevantes en el proceso. Situación que al parecer no es el caso, en materia de obtención de Becas Educacionales.
Aquí sería conveniente establecer, si dicha práctica, de fotografiar para ser parte del informe social, es una práctica establecida como tal o se trata de una cuestión circunstancial. En caso que se trate de una cuestión institucional y emanada de la máxima autoridad, entonces, creo que estamos en un “verdadero zapato chino”. En tanto se vulnera abiertamente la confidencialidad de informes sociales, la necesaria intimidad de la información y también se pasa por sobre el imperio ético del profesional Trabajador Social.
Vamos por parte, el profesional en cuestión, no debe aceptar en caso alguno que la fotografía pase a constituir una obligación dentro de un informe. En este caso la fotografía pasa a ser “un recurso más” dentro de muchos otros, por lo tanto es él, quien debe establecer la pertinencia de su uso.
Jamás una fotografía puede pasar a ser el principal instrumento con el que se midan las necesidades  de un individuo o grupo familiar. Lo verdaderamente relevante, lo importante y trascendente suele ser intangible, por lo mismo aquí entra en juego la formación académica del profesional.

 En mi opinión la responsabilidad de la autoridad, dice relación con la definición de políticas y su debida asignación presupuestaria. De ahí en más, es responsabilidad de los equipos profesionales asignar los recursos con transparencia y en apego a los lineamientos de dicha política. No me parece que corresponda a la autoridad resolver el caso a caso, por varias razones largas de enumerar. Principalmente porque en este caso, no tiene las competencias para establecer criterios profesionales de asignación de becas de estudio. Además que quedaría al arbitrio de una persona que no está preparada para establecer criterios técnicos y se podría llegar a la asignación por amistad, criterios políticos o caprichos personales. Cuestión que se pretende evitar mediante informes profesionales.
En síntesis, me parece vulneratorio no sólo hacia el usuario (frente a lo cual habría que observar caso a caso su conformidad frente al método), sino principalmente frente a la necesaria autonomía y capacidad resolutiva con que deben contar los equipos profesionales. Además de dejar un cierto gustillo a una “dictadurilla de opereta”, dado que finalmente quien está por sobre informes técnicos es un alcalde que no contando con formación y criterios profesionales, aparece definiendo situaciones sociales y asignando recursos fiscales a su entero arbitrio. Al menos así lo pienso yo.
Kako Navarrete.
Luis Humberto Navarrete Méndez
9.443.913-2



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