La miel que producen y envasan lleva por nombre “La Familia” y es precisamente un grupo familiar que trabaja en torno a este dulce y natural producto.Carolina Guajardo, integrante de esta familia campesina, es quien sale a las ferias y expone su producto.
Precisamente en el marco de una muestra productiva realizada en la plaza de esta ciudad, es que Carolina contó a San Carlos On Line que “la Familia” es de San Miguel de Ablemo, sector ubicado al sur de la ciudad. El grupo familiar está compuesto que sus padres, David e Isolda, y sus cuatro hermanos, desarrollando distintas actividades en torno a esta microempresa familiar.
Carolina no está ajena al problema que viven las abejas y manifiesta su preocupación: “Nosotros también hemos sufrido la mortandad de la familia completas de abejas y sabemos que a otros apicultores le ha pasado lo mismo”. Como se sabe, las abejas se han visto afectados por enfermedades y por los productos químicos utilizados en la agricultura.
Cada miembro de esta microempresa tiene un rol que desempeñar, desde cuidar los cajones donde viven las abejas hasta extraer la miel y procesarla para finalmente envasarla. La comercialización la realizan directamente en su predio, hasta donde llegan los clientes y también enviando regularmente su producto a Santiago.
Inicialmente lo hacían en el típico envase de un kilo, pero se percataron que la gente prefiere un envase más pequeño y de mejor presentación y hoy tienen un frasco de vidrio que se puede llevar a la mesa.
Carolina no está ajena al problema que viven las abejas y manifiesta su preocupación: “Nosotros también hemos sufrido la mortandad de la familia completas de abejas y sabemos que a otros apicultores le ha pasado lo mismo”. Como se sabe, las abejas se han visto afectados por enfermedades y por los productos químicos utilizados en la agricultura.
Cada miembro de esta microempresa tiene un rol que desempeñar, desde cuidar los cajones donde viven las abejas hasta extraer la miel y procesarla para finalmente envasarla. La comercialización la realizan directamente en su predio, hasta donde llegan los clientes y también enviando regularmente su producto a Santiago.
Inicialmente lo hacían en el típico envase de un kilo, pero se percataron que la gente prefiere un envase más pequeño y de mejor presentación y hoy tienen un frasco de vidrio que se puede llevar a la mesa.