- Hay dos plantaciones experimentales en Ñuble
Hace diez años que Ródulo Rodón, investigador en biotecnología vegetal de origen cubano, llegó a Chile a fin de colaborar en un proyecto de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), sin imaginar que cinco años después volvería para quedarse en Chillán y emprender una iniciativa única en la zona, ligada a la introducción de una nueva especie arbórea, obtenida en laboratorio, llamada Paulownia, más conocida como el árbol del futuro.
El apodo no es antojadizo. Debido a una serie de modificaciones genéticas y entrecruzamiento de al menos 17 especies distintas, se obtuvo una planta rica en nutrientes y con cualidades excelentes para el mejoramiento de los cultivos agrícolas, a través de sus hojas de gran tamaño que sirven como compostaje y cuya degradación puede aumentar hasta en un 30% el rendimiento de un cultivo aledaño, transformándola en una excelente opción para los agricultores.
Asimismo su madera, famosa por ser ligera y dura, a la vez es comúnmente ocupada en la fabricación de muebles, casas y es una buena opción como leña debido a su característica de secado ultra rápido.
Así también lo explica Ródulo, su investigador y pionero en la idea de introducir esta especie en a nivel local. “Luego de venirme a Chile, yo siempre he seguido investigando y buscando cosas que mejoren el medio ambiente, los suelos y la calidad de vida de las personas. Entonces, en la búsqueda de esto me encontré con la Paulownia y a partir de entonces, comencé a estudiarme este árbol, a ver los métodos de reproducción y tras darnos cuenta de que era viable, contactamos a los dueños de los clones y obtuvimos la licencia para introducirlos”, explica.
En palabras del emprendedor, “se trata quizás del árbol de mayor desarrollo y crecimiento vertical existente, con una serie de propiedades muy particulares como la buena calidad de su madera y sus hojas de gran tamaño que absorben nitrógeno del aire que se acumula en las hojas y que al caer y degradarse, introduce ese nitrógeno en el suelo, aportando una serie de nutrientes y favoreciendo los cultivos cercanos al árbol”.
Es por ello, agrega Rodón, que da la posibilidad de ser usado en la agricultura para cultivos intercalados, “pues al contrario de otros árboles, este permite, entre fila y fila hacer plantaciones de otro tipo, como cereal, maíz, frutillas, entre otras, ya que al introducir nitrógeno al suelo aumenta los rendimientos, en algunos casos, hasta en un 30%, convirtiéndose en una gran ayuda para el productor, mejorando ampliamente los terrenos para cultivo”.
Según explica, este árbol tiene la particularidad de crecer entre 3 a 4 metros durante el primer año de vida, alcanzando hasta 30 metros de altura en un lapso de 6 a 10 años. Luego comienza a aumentar el diámetro de su tronco, pudiendo alcanzar hasta un metro cúbico al cabo de 10 años. Si las plantas tienen buena luz y un régimen hídrico suficiente, pueden lograr esa altura.
Proyecto
Para su introducción, Ródulo se adjudicó el octavo concurso de emprendimiento de Innova Bío Bío, gracias a lo cual comenzó el desarrollo local de esta especie en colaboración con INIA Quilamapu, que facilitó los laboratorios, donde el investigador introdujo este clon y desarrolló los protocolos y tecnología para masificar su producción.
Así, entre diciembre y enero recién pasados, en colaboración con la Universidad de Concepción, se realizaron tres plantaciones experimentales, dos de las cuales están en la provincia, una en Quillón (La Isla) y otra en Cobquecura (Trehualemu), con ocho mil plantas en total, las que, según Rodón, se están desarrollando con buenos resultados hasta el momento.
El proyecto se logró gracias a un capital semilla en el que Innova aportó 8 millones de pesos. El total de la inversión inicial para este proyecto fue cercano a los 15 millones de pesos, que se diluyeron en la adquisición de las plantas, en el pago de las patentes, en los sueldos del personal para trabajar, y en el costo de los servicios que Inia brindó a este emprendimiento para su introducción en la zona.
Futuro de Paulownia
Actualmente, Ródulo, en conjunto con su equipo de trabajo, está optando a la línea dos del capital semilla a fin de establecer una infraestructura propia y poder masificar las plantaciones en la provincia, puesto que, según explica el emprendedor, “ya hay muchas intenciones de mercado. Los que conocen esto están bastante interesados, pero es imprescindible crear las condiciones para poder crecer a una escala mayor y para eso necesito poder establecer un laboratorio propio”.
En agosto próximo se llevará a cabo la introducción de los últimos clones, en espera de la obtención de los fondos de la línea dos de Innova a fin de realizar una extensión mayor. “Ya en la actualidad existe mucha gente que tiene interés en empezar a hacer plantaciones. Lo que pasa es que ahora yo necesito lograr la infraestructura para poder satisfacer la demanda. En un principio esto va a ser lento, pero estoy convencido de que en el plazo de uno a dos años este negocio va a crecer extraordinariamente”, enfatizó.