del ritual de las “12 de la suerte” al snack fresco que suma color y salud
La tradición nacida en España y popularizada a comienzos del siglo XX convirtió a la uva en un símbolo de buenos augurios para despedir el año. Hoy, además de protagonizar el clásico ritual de las “12 uvas de la suerte”, la fruta se consolida como un ingrediente versátil, festivo y saludable en las mesas de diciembre.
En las semanas previas a Navidad, las uvas reaparecen en la cocina familiar con una ventaja difícil de igualar: son festivas sin esfuerzo. Brillan en una fuente de frutas, realzan una tabla de quesos, refrescan ensaladas y, al filo de Año Nuevo, se transforman en protagonistas de un rito que cruza fronteras y generaciones: comer 12 uvas al compás de las campanadas para atraer prosperidad.
Origen de la costumbre
Aunque el rito se asocia principalmente a Nochevieja, la costumbre de incluir uvas en las celebraciones navideñas viene de antes. En muchos hogares hispanos, la fruta llega a la mesa por tradición, disponibilidad estacional y valor simbólico como alimento de celebración y abundancia.
Una industria global en movimiento
Detrás de esta escena hogareña hay un mercado de alcance mundial. La Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) estimó que en 2024 la producción global de uva de mesa alcanzó 33,3 millones de toneladas, un aumento de 3,4% respecto del año anterior, impulsado principalmente por China.
Sudamérica aporta sabor
En el hemisferio sur, Perú y Chile refuerzan su protagonismo con mayores suministros y rendimientos, según el USDA. Mientras en el norte se compran uvas para las fiestas de invierno, en los campos del sur estas se cosechan precisamente para abastecer ese “momento festivo”.
La temporada de exportación coincide con diciembre y enero, lo que convierte a la uva en una embajadora natural de las celebraciones. “Las uvas de California están disponibles desde ahora hasta enero”, destacó recientemente Ian LeMay, presidente de la California Table Grape Commission, quien subrayó el desafío de consolidar la marca como sinónimo de “calidad, sabor y seguridad”.
Entre tradición, salud y sencillez
A la carga cultural se suman sus atractivos nutricionales. Según la guía del programa SNAP-Ed del USDA, una taza de uvas (92 g) aporta 62 calorías, cerca de 1 gramo de fibra y vitamina C. Además, contiene polifenoles —como el resveratrol, presente en variedades rojas y moradas—, investigados por su potencial beneficio cardiovascular.
Fuente: Diariofruticola.cl
