Consejos para no gastar de más ni desperdiciar alimentos en estas fiestas de fin de año


Planificar las comidas, ajustar las porciones y aprovechar las oportunidades de “rescate” de alimentos son algunas de las recomendaciones que entrega la aplicación Cheaf para disfrutar de las celebraciones sin derrochar dinero ni comida.

Navidad y Año Nuevo llegan acompañadas de preparaciones abundantes y mesas llenas, pero también de un efecto colateral: los alimentos que terminan en la basura. “El desperdicio de alimentos es un problema que siempre ronda en nuestros hogares, pero que en época de celebraciones suele recrudecerse”, explica Kim Durand, cofundador y CEO de Cheaf, plataforma que conecta comercios con consumidores interesados en adquirir productos en excelente estado, pero que deben retirarse de las góndolas por gestión o logística.

Un problema que afecta al hogar y al planeta

Según un sondeo realizado por la empresa en agosto pasado, uno de cada cuatro chilenos reconoce botar comida hasta dos veces por semana. Durante las fiestas, la cifra aumenta por la falta de planificación y la costumbre de cocinar más de lo necesario.
A nivel ambiental, este desperdicio tiene un costo alto: la producción de esos alimentos requirió suelo, agua y energía, y al no consumirse, terminan emitiendo gases de efecto invernadero como dióxido de carbono y metano cuando se descomponen en vertederos. El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente advierte que el 60% de los 1.050 millones de toneladas de alimentos que se desperdician cada año proviene de los hogares.

Claves para un consumo más responsable

Para reducir los desechos y cuidar el presupuesto familiar, Cheaf propone cinco medidas prácticas:

  • Planificar las comidas. Definir el menú con anticipación y calcular porciones reales evita compras excesivas y productos sin uso.
  • Rescatar alimentos con descuento. Aplicaciones como Cheaf permiten acceder a productos en óptimo estado con rebajas de hasta 50%, combinando ahorro, sostenibilidad y solidaridad con el comercio local.
  • Servir porciones pequeñas. Facilita que los comensales repitan a gusto sin dejar comida en los platos.
  • Reutilizar las sobras. Restos de carnes, verduras o granos pueden transformarse en sándwiches, ensaladas o nuevas preparaciones para los días siguientes.
  • Congelar adecuadamente. Con recipientes etiquetados y espacio suficiente, los alimentos pueden conservarse más tiempo y evitar su descarte prematuro.

Durand recuerda que, si bien las fiestas invitan a compartir abundancia, “planificar es una forma sencilla y responsable de cuidar tanto el bolsillo como el planeta”. Reducir el desperdicio, concluye, no resta alegría a las celebraciones, sino que las hace más conscientes y sostenibles. 

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