Para los agricultores y huerteros de Ñuble, el control de plagas es una preocupación constante. Frente a los pesticidas tradicionales, los bioplaguicidas se presentan como una alternativa eficaz y de menor riesgo para las personas, los polinizadores y el medio ambiente. Conoce cómo funcionan estos aliados naturales en www.sancarlosonline.cl.
¿En qué se diferencian de los pesticidas comunes?
A diferencia de los plaguicidas sintéticos, que pueden dañar especies benéficas, los bioplaguicidas se derivan de fuentes naturales como plantas, microorganismos y minerales. Su acción suele ser más específica, dirigiéndose principalmente a la plaga objetivo, y en general son biodegradables. Sin embargo, los expertos recalcan que deben usarse con criterio, ya que una aplicación incorrecta también puede generar desequilibrios en el ecosistema del huerto.
¿Qué tipos de bioplaguicidas existen?
Según el National Pesticide Information Center, estas son las tres categorías principales:
- Microbianos: Utilizan microorganismos vivos como bacterias, hongos o virus para combatir patógenos. El más conocido es el Bacillus thuringiensis.
- Sustancias de origen natural: Incluyen extractos vegetales como aceite de ajo, ceniza o pimienta negra, y señales químicas como feromonas. Su función no es necesariamente matar, sino repeler, confundir o desorientar a las plagas.
- Protectores incorporados en la planta: Mediante mejoramiento genético, la planta produce su propio "escudo" contra plagas específicas, reduciendo la necesidad de aplicaciones externas.
Esta alternativa representa un avance hacia una agricultura más sustentable en nuestra región. Para una protección efectiva, es fundamental un diagnóstico previo. Encuentra más guías prácticas para tu cultivo en www.sancarlosonline.cl.
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