La alfalfa, uno de los forrajes más importantes para la alimentación animal, requiere suelos con pH superior a 6 para alcanzar su máximo potencial nutritivo. En la Región de Ñuble, los suelos trumaos suelen ser ácidos, lo que obliga a realizar encalado agrícola antes de la siembra.
El investigador de INIA Quilamapu, Luis Inostroza, explicó que este procedimiento corrige la acidez, mejora la fertilidad y favorece la absorción de nutrientes. Si el análisis de suelo indica un pH de 5,8, se recomienda aplicar dos toneladas de cal agrícola por hectárea. Incluso con pH neutro, conviene usar una tonelada antes de sembrar. Lo ideal es aplicar la cal al menos un mes antes de la siembra, con suelo húmedo.
Errores comunes en el manejo de la alfalfa
Uno de los errores más frecuentes es aplicar fósforo y cal el mismo día. El fósforo en la alfalfa debe incorporarse solo al momento de la siembra, ya que al mezclarlos, el fósforo se inmoviliza y no está disponible en los primeros meses.
- 🚫 No aplicar fósforo y cal el mismo día de la siembra.
- 🌱 Incorporar el fósforo únicamente en la preparación inicial del suelo.
Productividad y calidad proteica
No encalar puede reducir el rendimiento de la alfalfa entre 30 y 40 %, afectando su aporte de proteína y obligando a suplementar con otros forrajes, lo que aumenta los costos. Con riego, una alfalfa bien manejada puede superar las 20 toneladas por hectárea al año; en secano, unas 12 toneladas.
Para la pequeña agricultura, el encalado puede hacerse de forma manual e incorporarse con rastra de tiro animal, evitando mezclarlo con fertilizantes en la misma jornada. “Si se mezclan, baja la efectividad del tratamiento”, advirtió Inostroza.