En la comuna de San Carlos, la autoridad sanitaria tiene catastrados un total de 202 carros de comida, puestos de comida rápida y venta de sándwiches.
En lo que va del año 2025, se han realizado 5 fiscalizaciones, todas concentradas en la emblemática zona de la alameda Arturo Prat, donde se ubican 12 de estos carros registrados.
Los resultados de estas inspecciones han arrojado observaciones en la mayoría de los casos, e incluso una prohibición de funcionar.
La costumbre de consumir comida al paso y delivery, que se popularizó durante la pandemia declarada el 11 de marzo de 2020 —hace ya cinco años—, se ha mantenido vigente en el último tiempo.
Este fenómeno ha convertido a la alameda Arturo Prat en el punto más representativo de este tipo de comercio en San Carlos.
Sin embargo, los demás puestos autorizados se distribuyen en distintos sectores de la comuna, no todos con la estructura tradicional de carro de comida.
Entre ellos, destacan los puestos de sopaipillas y milo ubicados en la plaza de San Carlos, así como otros instalados en las afueras de centros de salud y del hospital, específicamente en la calle Gazmuri.
Un tema pendiente es la zona de carros de comida que quedó inconclusa durante la administración anterior. Este espacio, ubicado sobre la vereda sur de la alameda, en la última cuadra del sector poniente, aún no ha sido habilitado completamente y su inauguración quedó pendiente.
Aunque la cifra de puestos autorizados es similar a la reportada por la alcaldía respecto al comercio ambulante en el centro de la ciudad (200), ambos sectores requieren mayor atención para avanzar en su formalización.
Este proceso es clave para garantizar la seguridad y calidad de los productos que se ofrecen a la ciudadanía.
Los emprendedores que cuentan con los permisos municipales y sanitarios enfrentan una competencia desleal: aquellos que operan de manera irregular, ofreciendo productos y servicios similares sin autorización alguna. Esta "cifra negra" se ha disparado, como puede constatarse en redes sociales, donde las ofertas de alimentos preparados, alcohol y otros productos son innumerables.
En este contexto, las fiscalizaciones realizadas hasta la fecha, son un primer paso para regular el sector, pero aún queda un largo camino por recorrer.
La formalización no solo beneficiaría a los emprendedores, sino que también aseguraría estándares de calidad y salubridad para los consumidores.
Fuente: Seremi Salud Ñuble