La avería del buque Maersk Saltoro dejó 24.000 toneladas de cerezas chilenas a la deriva por 22 días, generando pérdidas millonarias y un complejo escenario legal para los productores nacionales. Ahora, se analizan responsabilidades entre navieras y operadores para determinar quién asumirá los costos.
El incidente y sus consecuencias
El Maersk Saltoro sufrió una falla mecánica que lo mantuvo detenido en el mar durante 22 días, impidiendo la entrega oportuna de la carga. Al llegar al puerto de Nansha, en China, se confirmó que las cerezas no estaban en condiciones de ser comercializadas, especialmente durante el crucial período del Año Nuevo Chino.
Este retraso no solo afectó la temporada actual, sino que también generó dudas sobre la futura comercialización de cerezas chilenas en el mercado chino, uno de los más importantes para el sector.
Responsabilidades legales en juego
Rafael Durán, abogado de Legal Export Abogados, explicó que el 70-80% de los daños del buque se deben a fallas humanas y falta de mantenimiento, lo que apunta a una posible responsabilidad de la naviera Maersk y el armador Argosy.
Según el Código de Comercio chileno, que recoge las Reglas de Hamburgo, tanto el transportador documental como el armador son solidariamente responsables. Esto significa que los productores afectados podrían reclamar indemnizaciones a ambas partes.
¿Qué sigue para los productores?
Los productores de cerezas esperan resolver el conflicto en las próximas semanas. Aunque el panorama es alentador desde el punto de vista legal, el proceso podría extenderse, dejando en incertidumbre a quienes perdieron su carga tras meses de intenso trabajo.
Mientras tanto, el caso ha desatado una ola de reclamos y disputas contractuales que involucran a navieras, armadores, operadores y aseguradoras, marcando un precedente para futuros incidentes en el transporte marítimo de productos perecederos.