El pasado 28 de enero, cuatro internos de la Cárcel de Chillán intentaron fugarse a través de los techos del penal. Funcionarios de la Oficina de Seguridad Interna detectaron movimientos sospechosos en el sector de aislamiento y, al inspeccionar, descubrieron que los barrotes de una celda habían sido manipulados para abrir una ruta de escape.
La rápida intervención de Gendarmería permitió frustrar el intento y evitar una posible nueva crisis dentro del recinto.
El director regional subrogante de Gendarmería, teniente coronel Fernando Sanhueza Ocares, destacó la labor del personal en la detección y prevención de la fuga.
Los cuatro internos involucrados fueron identificados y sometidos a medidas disciplinarias. Además, se han reforzado los protocolos de vigilancia para prevenir futuros intentos de escape.
Este incidente pone de relieve la problemática de la sobrepoblación en el recinto penitenciario, que genera un clima de tensión y obliga a Gendarmería a mantenerse en alerta máxima. Las autoridades penitenciarias han señalado la necesidad de reforzar las medidas de seguridad para evitar nuevas fugas o incidentes dentro del penal.
Este no es el primer intento de fuga en la Cárcel de Chillán. En julio de 2024, se frustró otro plan de escape cuando gendarmes descubrieron barrotes cortados y protecciones exteriores manipuladas durante un registro de rutina. Cinco reclusos sospechosos de estaban involucrados en ese intento fueron trasladados fuera de la Región de Ñuble como medida de precaución.