Fue un veintuno. Igual que los solsticios y los equinoccios. Igual que esos momentos en que la naturaleza muda de tiempo para abrazar al sol con distintas voces, para presagiar aguaceros, para traer hojas pintadas como candiles, convocar cielos encapotados o bordar capullos en rebeldía.
Así fue también ese día hace ya nueve años. Tu aliento se quedó suspendido como un vuelo inacabado, tus ojos despidiéndose de la luz, la certeza inefable del otro nombre de la vida. Así llegó el solsticio doliente donde se agolparon todas las estaciones en un segundo y no supimos reconocer dónde estábamos, solo que tú ya no estabas en estos días.
Rosas de escarcha, relámpagos de manos juntas, la tibieza del silencio, la luna vestida de viento, las semillas cantando despacito a las estrellas. Y todas las estaciones tenían tu nombre. Entonces con el andar descubrimos que el solsticio de tu partida había traído una estación nueva que se iba quedando en nosotros con un sol de pan, con las flores de tu generosidad, con la lluvia de tu honestidad, con las raíces de tu fuerza, con el follaje de tu ternura, con la brisa de tu palabra, con todos los otoños, primaveras, veranos e inviernos que conocieron tus manos.
Por eso ningún 21 de enero será igual, siempre será el solsticio de una estación única que tiene tu semblanza, una estación que nos enseña a llamar al amor sin tiempo, a recordar con esperanza, a habitar en el corazón que, finalmente, es el territorio más cierto de la vida.
Siguiendo con una muy significativa tradición, la Familia de María Margarita Caro Caro invita a familiares, cercanos, amigos y vecinos a participar en la Misa que conmemorará el noveno aniversario de su partida, que tendrá lugar este miércoles 22 de enero a las 19:00 horas en el Convento de los Padres Trinitarios. Agradecemos que sean parte de este especial momento que nos encuentra en el recuerdo, la emoción y el sentimiento.