Subtítulo: Viñedos de San Carlos y Ñuble buscan adaptarse a nuevas condiciones climáticas.
El cambio climático está dejando una huella profunda en la industria vitivinícola chilena, una de las más importantes del mundo. Viñedos en regiones como San Carlos y Ñuble no son ajenos a estos cambios. El aumento de las temperaturas, la disminución de las precipitaciones y la mayor variabilidad climática están transformando las prácticas tradicionales de cultivo.
Según Yerko Moreno, director del Centro Tecnológico de la Vid y el Vino (CTVV), los viñedos chilenos se enfrentan a un escenario cada vez más impredecible. Las temperaturas más altas aceleran los ciclos de crecimiento de las uvas, lo que resulta en vinos con mayor alcohol y menor acidez. Además, la escasez de agua obliga a los productores a optimizar el riego y buscar variedades más resistentes a la sequía.
Para adaptarse a estas nuevas condiciones, los viticultores de San Carlos y Ñuble están implementando diversas estrategias. Entre ellas, se destaca la diversificación de las variedades cultivadas, el ajuste de las fechas de vendimia y la adopción de prácticas de riego más eficientes. La búsqueda de variedades blancas, más tolerantes al calor, es una tendencia en aumento.
Sin embargo, la adaptación al cambio climático es un proceso gradual y complejo. Los productores deben invertir en investigación y desarrollo, así como en nuevas tecnologías para garantizar la sostenibilidad de sus negocios. La situación en Chile refleja un desafío global para la industria vitivinícola, que deberá encontrar soluciones innovadoras para enfrentar los impactos del cambio climático y mantener la calidad de sus vinos.
¿Cómo están reaccionando los viñedos de San Carlos y Ñuble ante estos cambios? ¿Qué nuevas variedades se están cultivando? ¿Qué tecnologías están adoptando para optimizar el uso del agua? Estas son algunas de las preguntas que abordaremos en próximas publicaciones.