La inauguración de una planta de litio en Salta, Argentina, pone en evidencia la velocidad de desarrollo de este país en la industria, mientras Chile enfrenta cuestionamientos.
La empresa francesa Eramet inauguró esta semana una planta de carbonato de litio en Salta, Argentina, con una inversión superior a los US$800 millones. Esta planta, que comenzará a producir en noviembre, tiene una capacidad proyectada de 24.000 toneladas anuales de litio grado batería para mediados de 2025, lo que equivale a la demanda de 600.000 vehículos eléctricos al año.
Este hito marca un importante avance para Argentina en la industria del litio, consolidando su posición como cuarto productor mundial y demostrando su capacidad para desarrollar proyectos de gran envergadura con tecnología de punta.
Mientras tanto, Chile, tradicionalmente líder en la producción de litio, enfrenta críticas por la lentitud en el desarrollo de nuevos proyectos. La CEO de Eramet, Christel Bories, destacó las facilidades que ofrece Argentina para la inversión en comparación con las dificultades actuales en Chile, señalando la falta de nuevos proyectos en el Salar de Atacama.
Esta situación genera preocupación en Chile, ya que la competencia en la industria del litio se intensifica a nivel global. Países como China, Zimbabue y Australia avanzan rápidamente, y expertos advierten que la falta de decisiones claras y la lentitud en la implementación de la Estrategia Nacional del Litio podrían afectar la competitividad de Chile.
La inauguración de esta planta en Argentina plantea interrogantes sobre el futuro de la industria del litio en Chile y la región. ¿Podrá Chile recuperar su liderazgo o será superado por sus vecinos? ¿Qué medidas se tomarán para impulsar el desarrollo de nuevos proyectos y asegurar la competitividad del país en este mercado estratégico?
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