AGRO.- Marcelo Rubinstein, investigador del Conicet, analizó en LV12 la venta de carne artificial y qué posibilidades hay de reemplazar el consumo de carne animal.
La FDA (la Administración de Alimentos y Medicamentos), el ente regulador de EEUU equivalente a Anmat en Argentina, autorizó la venta de carne de pollo artificial a dos compañías.
Se trata de Good Meat y Upside Food que podrán poner directamente en la mesa los productos elaborados.
En este contexto, LV12 se contactó con Marcelo Rubinstein, investigador del Conicet en el Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular, para desarrollar el tema en cuestión.
“Esto se viene trabajando en diferentes lugares tratando de perfeccionar la técnica de una iniciativa que genera alimentos artificiales, procesados en el laboratorio y que no tienen que ver con el tejido animal normal”, explicó Rubinstein en el inicio de la charla.
Asimismo indicó que está destinado a consumidores adinerados, ya que los costos de producción son sumamente elevados.
“Son esas tecnologías que pueden ir avanzando dependiendo de los costos de producción y de la aceptación del público. Es muy caro, sobre todo si se compara con el costo de producción de carne vacuna o de algún otro animal”, manifestó.
El investigador considera que es difícil que este tipo de productos se popularice y sea parte del consumo tradicional de las personas.
“Hay una tradición cultural de miles de año de consumir animales vivos”, analizó y agregó “la civilización humana pasó por varias transiciones, de ser cazadores salvajes a otra etapa de cría de ganado de manera rustica y en los últimos años hay rodeos con una genética más controlada, con niveles de tecnificación alta y un aumento grande de la productividad”.
Sin embargo entiende que existe un sector que no quiere consumir animales “hay gente que no quiere comer carne o no quiere gastar nada que venga de animales, estos son sectores que empiezan a aparecer, pero hay que ver cuántos son y cuánto dinero tienen para poder pagar este experimento que está haciendo la ciencia”.
En ese sentido aclaró que estos pollos artificiales si son de origen animal “son cultivos celulares de pollo que crecen en biorreactores de escala de laboratorio intermedio”.
“Si uno va apelmazando esas células va obteniendo una especie de tejidos y estas se mezclan en diferentes proporciones, además de agregar diferentes componentes para llegar al sabor del pollo real”, indicó.
Por último Marcelo Rubinstein declaró que esta industria se supera así misma cada día y que mejora considerablemente. “Que esté aprobado por la FDA significa que tiene un nivel de seguridad alimentaria aceptable”, cerró.
Fuente: https://www.lv12.com.ar