El traspaso del proyecto del embalse del río Ñuble a la DOH y las exigencias del Ministerio de Desarrollo Social generaron un aumento en las solicitudes de inscripción de pozos, en medio de críticas por la falta de control sobre el recurso.
Una inscripción acelerada por el nuevo escenario
En la Región de Ñuble, el debate por el agua vive un momento clave. Según un experto en temas hídricos consultado por San Carlos Online, el traspaso del proyecto del embalse del río Ñuble a la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) —aún sin un oficio que lo ratifique— ha cambiado las reglas para los regantes.
La obra, pensada para regar 35.000 hectáreas adicionales, debe pasar ahora por la evaluación del Ministerio de Desarrollo Social, que necesita conocer información detallada de los beneficiarios: nombre, RUT, dirección de los predios y caudal en metros cúbicos por segundo. Esto busca evitar que grandes agricultores concentren el recurso sin respaldo real.
Pequeños agricultores en alerta
Frente a este panorama, pequeños agricultores han iniciado un proceso masivo de inscripción de derechos de aguas subterráneas para asegurar su acceso. La medida se ampara en una disposición que permite explorar y alumbrar agua en suelo propio para uso doméstico o agrícola, siempre que se respeten ciertos radios de protección y caudales ecológicos.
Sin embargo, la norma no establece un límite claro de volumen, y, según el especialista, nadie conoce con certeza la capacidad real de las napas subterráneas:
“Eso es una caja de pandora… puedes tener agua un mes y medio, y luego nada. La DGA trabaja con ecuaciones, pero sin ver la realidad en terreno”.
Riesgos de sobreotorgamiento
El experto advierte que el problema no es nuevo:
“Hoy hay más derechos de agua en el río Ñuble que caudal real. Y lo mismo pasará con el agua subterránea: se darán más derechos que la capacidad del sistema, porque no hay regulación efectiva”.
A esto se suma la proyección del embalse Punilla en base a aguas de crecidas y no del régimen normal del río, lo que genera inquietud por el respeto al caudal ecológico y la preservación del ecosistema.
Un vacío de información crítica
La Dirección General de Aguas (DGA), encargada de determinar límites y disponibilidad, carece de datos precisos sobre las napas y su comportamiento. Sin estudios confiables, las autorizaciones podrían replicar errores de otros sectores productivos:
“En la pesca hay más derechos que peces. Aquí tendremos más derechos de agua que agua real”, comparó el especialista.
📌 Marco normativo: ¿Qué dice el Manual 2008?
El Manual de Normas y Procedimientos para la Administración de Recursos Hídricos – 2008, modificado en 2023, regula principalmente la tramitación de derechos de aguas superficiales y establece criterios como:
- Sustentabilidad de la fuente y respeto al caudal ecológico mínimo.
- Priorización para consumo humano y uso doméstico de subsistencia.
- Requisitos técnicos, publicaciones y posibilidad de oposición.
Respecto de aguas subterráneas, la regulación es más difusa y depende de disposiciones del Código de Aguas. Aunque exige estudios técnicos y verificación de disponibilidad, en la práctica no existe un sistema preciso para medir la capacidad de las napas, lo que abre espacio a la sobreasignación de derechos.
Claves del conflicto 💧
- Proyecto embalse Ñuble: traspasado a la DOH, pendiente de ratificación oficial.
- Exigencia estatal: identificar beneficiarios y caudales reales para validar las 35.000 hectáreas prometidas.
- Inscripción masiva: pequeños agricultores aseguran sus pozos ante temor de concentración de agua.
- Riesgo ambiental: incertidumbre sobre napas y falta de estudios podría agravar la sobreexplotación.
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