Te recordamos hoy, te recordamos siempre


Obituario

El tiempo ha pasado, su andar es ineludible, sin embargo, por más que avancen los años, los días y las horas, siempre está su rostro, el amado rostro de la Señora Margarita Caro Caro. Ayer, hoy, mañana. Su rostro entrañable que habita en tantos corazones. Entonces los tiempos se funden y los ojos se hacen inmensos para los recuerdos, para que vuelva lo vivido y lo que siempre ha existido.

Su sabiduría, su experiencia ante la adversidad y su valentía no se habrían consternado ante los vertiginosos tiempos que vivimos, definidos por acontecimientos insospechados y cambios incesantes. Volvería a decir que hay que seguir adelante, que hay que levantarse una y otra vez, que es necesario mirar alrededor, que no debemos olvidar la generosidad y la ternura. Pase lo que pase ante todo somos humanos y ella recordaba lo más profundo de la humanidad en cada gesto, cada acción, cada palabra. Lo diría con la voz suave y despacito como sus pasos, esos mismos que recorrían su panadería, su jardín, su barrio. 

Hace ya seis años el mundo se quebró como si todo dejara de ser lo que era. Fue el día que partió, un 21 de enero. Imposible que todo siguiera siendo lo mismo si no estaba su andar, su mirada, su respirar…el mundo había mudado su realidad. Un tiempo doliente, que fue el ineludible camino para entender que la memoria es vida, que el amor es vida, que lo construido no se desvanece mientras habite en nosotros. 

Por eso hoy volvemos con emoción, pero sobre todo con profundo amor, a traer el rostro de la amada Señora Margarita, madre, esposa, abuela, bisabuela, madrina, tía, amiga, vecina, mujer, mujer extraordinaria y generosa. 

Por eso vuelve a estar aquí, siempre aquí como si el mundo volviera a existir a través de ella. Entonces aparecen sus gestos, sus frases, todo lo entregado en una historia de vida. Su rostro sin tiempo, sin demoras porque los ojos sobran, el corazón palpita, los sentimientos nos abrazan, las lágrimas se vuelven esperanzas, los recuerdos se vuelven convicciones. Su rostro nos acompaña hoy, nos acompaña siempre.  

Un abrazo con profundo amor y gratitud a quienes se unen para recordarla con el corazón.  

Familia de Margarita Caro Caro

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