REGIONAL.- (Comunicado).- Un nuevo Hito por parte del Ministerio del Medio Ambiente se concretó en la Región Ñuble. El Consejo de Ministros para la Sustentabilidad (CMS) aprobó el primer Santuario de la Naturaleza de la Región, correspondiente a la parte baja de la cuenca del río Itata, específicamente su desembocadura, donde el río marca el límite entre las comunas de Trehuaco y Coelemu.
“Santuario de la Naturaleza Humedal Desembocadura del río Itata” es el nombre que tendrá esta extensión de aproximadamente 928,55 hectáreas, que corresponde a un humedal costero o estuarino, de alto valor para la biodiversidad, puesto que provee de refugio para el descanso, nidificación y agregación post-reproductiva de aves locales y migratorias que dependen de este ecosistema para completar sus ciclos de vida.
La visión de quienes por años han cohabitado ese lugar ha sido indispensable al momento de solicitar la denominación de Santuario de la Naturaleza. César Matamala, habitante de Vegas de Itata y conocedor del lugar desde hace más de 70 años, dio a conocer su alegría por esta denominación. “Estamos contentos de finalizar esta acción de reconocimiento del lugar que nos lleva a un último paso que es el del Santuario de la Naturaleza con todo lo que ello implica, como lo es el preservar el medio ambiente, las especies, pero además proyectar una vida económica, con trascendencia para todo lo que hace la comunidad hace tanto tiempo, darlo un valor agregado a las cosas, un sentimiento y un cuidado que mucha gente nuestra ha sabido hacer hace muchos años”, sostuvo.
Se estima que en el sector son más de 80 las especies de aves acuáticas que acuden a esta cuenca hidrográfica, la más grande Ñuble, que al mismo tiempo es parte de la ruta migratoria de aquellas que provienen del hemisferio norte, específicamente en Alaska, Canadá y el Ártico.
En la zona son visibles por la comunidad local el cisne coscoroba, ave acuática relativamente escasa en la zona central de Chile, pero que en la desembocadura del río es un habitante regular, y también el flamenco chileno que arriba en época invernal para alimentarse de microcrustáceos presentes en el fondo arenoso del humedal, además de otras especies.