Una mujer mayor que vive sola en Ñiquén, en el sector Valencia, alzó la voz para denunciar la intervención ilegal del río Perquilauquén, con faenas de áridos que provocan desvíos en el cauce natural e inundaciones en invierno.
Con el natural respeto de la gente del campo, Antonia Valenzuela Parra, fue primero al municipio de Ñiquén y denunció el hecho al alcalde Manuel Pino y con sorpresa comprobó que el mismo municipio participaba de estas extracciones de material pétreo, junto camiones que venidos desde Parral.
Sin ningún permiso intervienen el río horadando la ribera sur para extraer el material, dejando grandes hoyos que en invierno provocan cambios en caudal de la aguas e inundaciones, ante lo cual la denunciante teme que las casas del lugar, entre ellas la suya, se vean inundadas por esta ilegal acción, que nadie detiene.
“Aquí llegaron camiones y (con maquinaria) hicieron este hoyo se llevaron el material (ripio) y destruyeron las defensas del río. En el invierno este río Perquilauquén crece tanto que llega a Renaico y esa casa que hay ahí, ojalá que no desaparezca”, reclama la mujer de avanzada edad, que vive sola y que denunció este hecho.
Antonia Valenzuela se percató que los camiones eran de la municipalidad de Ñiquén y fue hasta donde el alcalde, este le dijo que eso lo habían hecho unos camiones de Parral, pero que después ellos (el municipio) también habían venido a sacar material.
La denunciante se lamenta de la falta de apoyo de sus autoridades locales “No tuve el apoyo que esperaba del señor alcalde, ni de la señora Oriana (directora de Obras municipales), no de este niño (Héctor) Monrroy que dirige los camiones municipales. No me apoyaron, no me dijeron nada. Estoy desesperada, ya que esto en el invierno será un desastre.
Además de este lugar donde camiones ingresan para sacar material provocando alteraciones peligrosas en el curso del río, a metros del lugar hay otro pozo similar, ya que este tipo de faenas ilegales, más las desviaciones de aguas que realizan algunos agricultores hacia sus predios genera una especie de “tierra de nadie”.