De nada sirvieron las advertencias y en plena plaza de San Carlos hubo fuegos artificiales la noche de año nuevo, aprovechando la ausencia de fiscalizadores.
Los estampidos que causan daños en aves y animales y especialmente en niños con autismo, orprendieron a los transeúntes y automovilistas que a esa HORA transitaban por el principal paseo de la ciudad.
Horas antes las autoridades regionales se habían reunido para escuchar el llamado de una dirigente regional de padres de niños autistas que pedían evitar estos fuegos de artificio.
Las mascotas corrieron desesperadas en búsqueda de un lugar donde esconderse de los estampidos, mientras las personas veían cómo en plena plaza de la ciudad y sin ninguna medida de seguridad se lanzaban fuegos artificiales, acción que cada día provoca más rechazo.
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