AGRO.- (paiscircular.cl).- Tras una fase de pruebas, la empresa de sustentabilidad EnviroTec ya tiene un prototipo de panel hexagonal de recubrimiento de muros a partir de los residuos de las nueces que dejan los productores del valle del Aconcagua. Esta iniciativa que abraza la economía circular tiene por finalidad crear un panel decorativo, con fuerza en el diseño, ya que los pigmentos naturales serán elaborados por una comunidad pehuenche de Lonquimay. El proyecto también involucra darles nuevos usos a los los remanentes de las cáscaras en el proceso de construcción de los paneles. Actualmente EnviroTec está a punto de montar una planta y se encuentra buscando financiamiento para el proyecto.
Un productor de nueces del valle del Aconcagua contó que había un problema con las cáscaras que sobraban después de extraer la “mariposa”, es decir, la carne del fruto El proceso, si bien eficiente, tenía un inconveniente con el extracto del interior de la nuez que quedaba pegado al residuo, ya que eso facilitaba la propagación de vectores de todo tipo.
Esta situación implicaba el riesgo de perder grandes volúmenes de producción y exportación, puesto que ahí las distancias donde se disponían las cáscaras y las nueces eran muy reducidas. Además, está latente el peligro de la clausura de la empresa agrícola si lo detecta la seremi de Salud.
En esta conversación informal estuvo Rodrigo Urtubia, gerente general de la empresa de sustentabilidad EnviroTec, quien advirtió la posibilidad de encontrar una solución al desperdicio de cáscaras de nuez. Con su socio Luis Felipe Araya se propusieron levantar un proyecto que atacara el problema, ya que “en general los productores de nueces usan las cáscaras para reemplazar el ripio y tirarlas sobre los caminos de tierra de los propios campos para evitar que los tractores queden varados”, cuenta Araya, gerente comercial de EnviroTec, empresa asociada a Aconcagua Circular, una agrupación que reúne a actores públicos, privados y personas naturales en torno al fomento de la economía circular.
Tras hacer unas pruebas básicas, inspiradas en investigaciones de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile, Araya y Urtubia conocieron las propiedades de las cáscaras de nuez: “Tiene propiedades súper interesantes, es un aislante térmico súper poderoso, también tiene potencial de ser combustible por sus aceites esenciales y es un aislante acústico”, explica el gerente comercial. En efecto, en Chile se generan 50.000 toneladas de cáscaras de nuez al año y tiene como componentes estructurales la celulosa, hemicelulosa y lignina.
Una vez detectadas sus características, ambos pensaron en recolectar las cáscaras de nuez de distintos productores y producir el panel Hexagonal PANUT 4eco-friendly para recubrir muros. Hoy ya tienen listo un prototipo de panel que pronto debería escalar a nivel industrial.
Según datos del Ministerio de Agricultura y el Ministerio del Medio Ambiente, en el sector agrícola se generan cerca de 42,5 millones de toneladas de desechos al año, de las cuales cerca de un millón son residuos con componentes de biomasa, entre ellos, las cáscaras de frutos.
“La cáscara de nuez tiene propiedades súper interesantes, es un aislante térmico súper poderoso, también tiene potencial de ser combustible por sus aceites esenciales y es un aislante acústico”.
Luis Felipe Araya, gerente comercial de EnviroTec.
A través de su brazo ejecutor EnviroTec, Aconcagua Circular logra convertir cáscaras de nuez en paneles para recubrir muros.
La importancia del diseño
Siguiendo las directrices de la economía circular, EnviroTec podía darse por satisfecho con la fabricación de estos paneles de construcción. Sin embargo, querían también guiarse por el triple impacto económico, social y ambiental que implica la adopción del modelo de economía circular.
“Nos dimos cuenta de que teníamos una tercera veta importante. A diferencia de lo que suelen ser los paneles de recubrimiento, que son estéticamente feos y no aportan al diseño, nosotros queríamos hacer un panel decorativo, con inspiración en el diseño. De hecho comúnmente los paneles se usan entremedio de las paredes, no por encima”, cuenta Luis Felipe Araya, quien añade que el panel se puede utilizar a nivel industrial, en la casa, en el edificio corporativo de una oficina.
Ambos detectaron en las pruebas que la cáscara de nuez, después de pasar por un prensado de nueces picadas, unidas mediante un aglomerante natural, tenía un color parecido al ocre y una textura similar al alerce. Si bien valoraron el tono de la nuez en su estado natural, quisieron incorporar un sello social al proyecto y para ello decidieron recurrir a una comunidad pehuenche, para la cual este aporte representa una entrada económica extra.
“En estado natural se ve muy bonito, pero como queríamos potenciar el tema decoración, nos contactamos con una comunidad pehuenche de Lonquimay que nos proporcionan pigmentos naturales, de manera tal que los clientes puedan escoger una gama de colores”, complementa Araya.
Pero, en atención a que el proyecto sea cien por ciento circular, los emprendedores se abocaron a recuperar todo el remanente del proceso de chancado que termina con la fabricación del panel. “Es como el residuo del residuo”, acota Araya, para quien es importante cerrar el círculo completo.
En ese sentido, Araya y Urtubia desarrollaron dos líneas de solución: una, es hacer maceteros, que tienen la ventaja de transportarla a la tierra tal cual y ser absorbida por contener material orgánico. Otra línea de solución es producir briquetas para estufas de doble cámara, un aglomerado de madera compactado que se usa como combustible, y contamina muchísimo menos que las estufas a leña.
Actualmente EnviroTec se encuentra listo para montar la planta y empezar a producir. Se encuentra en fase de búsqueda de alternativas de financiamiento para esa planta, las pruebas de matricería y, muy pronto, buscar una certificación para este material constructivo, principalmente a través del Instituto Forestal (INFOR).