Asociado con daño cerebral en niños
De acuerdo con la información entregada por The Guardian y
Reuters, el fabricante más grande del mundo de clorpirifos, un pesticida
agrícola relacionado con el daño cerebral en niños, anunció que dejará de
producir la sustancia química para fines de este 2020.
El anuncio fue realizado por el fabricante Corteva; aun
cuando la administración de Donald Trump, en Estados Unidos, revirtiera los
planes de regulatorios para prohibir el pesticida; rechazando las conclusiones
científicas de los expertos del gobierno de EE.UU.
Según The Guardia, el clorpirifos se utiliza ampliamente en
soya, maíz, almendras, cítricos, uvas, nueces, algodón y otros cultivos.
En este contexto, investigaciones encontraron efectos
repetidos y graves en la salud de los niños, incluido el deterioro del
desarrollo cerebral.
Asimismo, grupos ambientalistas realizaron acciones por
bastante tiempo para que fuera prohibido. El estado de California, en tanto,
prohibió el producto químico el año pasado.
Corteva dijo que la producción del químico terminaría,
debido a una disminución de las ventas. Ante esto, la presidenta del negocio de
protección de cultivos de Corteva, Susanne Watson, dijo a Reuters que fue una
decisión “difícil”.
Clorpirifos
Clorpirifos es un químico neurotóxico que, según
investigaciones, es bastante dañino para los seres humanos.
De acuerdo con The Guardian, en California, el corazón de
la industria agrícola, los investigadores expresaron su preocupación por el
impacto en las mujeres embarazadas que vivían cerca de granjas que rociaban
clorpirifos.
Algunos estudios encontraron que los niveles de exposición
bajos a moderados, durante el embarazo, estaban relacionados con problemas de
memoria; y un coeficiente intelectual más bajo en niños.
Actualmente, en EE. UU., el mayor mercado de clorpirifos de
Corteva, la demanda es inferior al 20% de lo que era durante su peak en la
década de 1990, según la compañía.
Las ventas de la industria en 2005 fueron de $350 millones,
un 45% menos que en 1990, según Corteva, que vende clorpirifos bajo la marca
Lorsban.
Por peso, según The Guardian, el uso estimado cayó a menos
de 5 millones de libras en 2016; de los alrededor de 13 millones de libras en 1994,
según los datos del Servicio Geológico de EE. UU.
Jennifer Sass, científica principal del Consejo de Defensa
de Recursos Naturales, dijo en un comunicado que el anuncio de Corteva
significaba que "el fin del clorpirifos está finalmente a la vista".
"Librar el mercado estadounidense de este pesticida es
un gran paso, pero no se puede permitir que continúe amenazando la salud de los
niños en otros mercados mundiales", agregó.
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