Las crías de abeja son “vacunadas” y sus sistemas inmunitarios.
Se han descubierto los detalles de un
mecanismo que permite a la abeja reina de una colmena “vacunar” a la
descendencia que engendra.
Unas investigadoras de la Universidad Estatal
de Arizona en Tempe, Estados Unidos, las de Helsinki y Jyväskylä en
Finlandia y la Universidad Noruega de Ciencias Biológicas encontraron
una proteína sanguínea llamada vitelogenina.
En una colonia de abejas de la miel, la
reina raramente deja la colmena así que las abejas obreras deben traerle
comida. Las abejas recolectoras pueden captar involuntariamente
patógenos en el entorno mientras recogen polen y néctar.
Después de comer esas bacterias, los
patógenos son digeridos y sus restos acaban pasando a un órgano de la
reina parecido al hígado. Trozos de las bacterias son entonces unidos a
la vitelogenina y transportados a través de la sangre hasta los huevos
en desarrollo.
Debido a ello, las crías de abeja son
“vacunadas” y sus sistemas inmunitarios quedan mejor preparados para
luchar contra las enfermedades provocadas por gérmenes del entorno una
vez han nacido.
Este descubrimiento abre la puerta a la creación de la primera vacuna comestible natural para insectos.