En medio de la
ceremonia de entrega de carros bombas realizada el viernes en la plaza de San
Carlos, el locutor comunicó que había fallecido un bombero para el cual pidió
un minuto de silencio.
En las horas
siguientes sabríamos quien era el bombero que había fallecido.
Se trataba del voluntario
honorario del Sexta Compañía de Bomberos de Chillán, José Julián Silva Cerda, de unos 41 años de edad, quien dejó de existir
repentinamente la mañana del viernes.
Hace más de 15 años
pertenecía a la institución como voluntario honorario de la Sexta Compañía de
Bomberos de Chillán, donde se desempeñaba en el departamento de Estudios
Técnicos.
José Julián, casado
con hijos, era instructor de la Academia
Nacional de Bomberos de Chillán,
ingeniero en Prevención de Riesgos y estaba estudiando Derecho.
Además hace un
tiempo junto a la comandancia estaba
trabajando en la creación del primer
grupo Usar, una unidad se especializa en la búsqueda y rescate de
víctimas atrapadas en estructuras colapsadas.
En palabras del
comandante de Bomberos de Chillán, Enrique Véjar, “él amaba su profesión y a
los bomberos. Su padre también fue bombero”.
Sus restos fueron velados
en el Templo Masónico de Chillán, ubicado en calle Rosas, y ayer domingo en
medio de una interminable fila de camaradas apostados a ambos lados, su féretro
cruzó un arco de aguas para ser trasladado a Concepción para su cremación.