Adentrarse en la Suelería Lautaro
ubicada en calle Independencia 768 de San Carlos, es en cierto modo,
devolvernos en el tiempo.
Nació en San Carlos, justo en la
intersección de las Calles O Higgins y Avenida Prat. Muy cerca de la primera
estación de ferrocarriles . “Mi vida de niño transcurrió siempre vinculado a la
Alameda… hasta el dia de hoy recuerdo claramente de mi niñez la música que
salía permanentemente del negocio llamado Los Colombianos ubicado frente a la plaza y era de propiedad
del señor Auad… recuerdo nítidamente la Librería de don Octavio Anguita ubicada
en las calles Serrano y Balmaceda, recuerdo sus colonias, sus cortaplumas…”
rememora con nostalgia.
Atiende su negocio con una particular
amabilidad, conoce a la gran mayoría de sus clientes: “a estas alturas ya no
son mis clientes, la gran mayoría son mis amigos… voy a seguir acá hasta que me
caiga, voy a seguir viniendo todos los días hasta que ya no pueda hacerlo, esto
es lo mío, este es mi espacio, desde aquí he visto pasar la vida y me he
llenado de recuerdos…” nos dice.
“Soy hijo de español, que me
inculcó un particular amor por mi patria. El nombre de mi negocio “Lautaro” es
en honor de nuestro primer héroe nacional, el primer genio militar y
estratega…”
Hoy por hoy, lo que mas se vende en su suelería son aperos
de labranza, adhesivos, hilos y pitas para cocer cuero, broches, botones,
ojetillos para cortinas y renovadores de calzados. “He tenido que empezar dos
veces con mi negocio, todo iba bien hasta el 27 de febrero de 2010, lo perdí
todo, absolutamente todo, pero me levanté y sigo en pie, haciendo lo que me
gusta, atendiendo a mis amigos…” nos dice con algo de rabia por la falta de
apoyo institucional.
Cuando le consultamos por sus
hijos, le cambia la cara, habla con absoluto orgullo de sus tres hijos, dos
mujeres profesoras y un hombre que se ha destacado en el género de las ciencias
y también en la pintura. “Pedro (su hijo hombre) ha recorrido gran parte de
Chile y ha sido reconocido por su capacidad pictórica y científica, ha viajado
al extranjero para prepararse y destacar entre sus pares… estoy muy orgulloso
de cada uno de mis hijos”
Dejamos a don Angel en su
“Suelería Lautaro”, lleno de recuerdos, lleno de nostalgias y pleno de orgullo
por sus hijos.