Las razones de por qué Bachelet no habló del mecanismo


Nueva Mayoría argumenta desinformación de la gente, intranquilidad de los empresarios y poco acuerdo de oficialismo son algunas de las razones.


Un día después de la cuenta anual de la Presidenta Michelle Bachelet ante el Congreso, desde el gobierno y la Nueva Mayoría salieron a explicar las razones por las que la Mandataria optó por mantener el misterio sobre el proceso constituyente y usar un lenguaje críptico.
Si bien para algunos la Jefa de Estado dio pistas como, por ejemplo, al hablar de acuerdo político, participación "realmente incidente" y "momento institucional", la mayoría coincide en que la Mandataria prefirió mantener un margen de acción por varios factores políticos, sociales y económicos: Buscar un consenso en la Nueva Mayoría, sondear la opinión pública, dar espacio para que la derecha se sume al debate y no irritar al empresariado en medio de una situación económica delicada.
Unificar voluntades en la NM
1 Para nadie es un misterio que los partidos de la Nueva Mayoría no tienen una postura única respecto a los temas que se deben cambiar a la Constitución del 80, pero más importante aún tienen diferencias sobre el mecanismo que se debe usar para reformar la Carta Fundamental.
Consciente de esta situación, la Presidenta habló ayer en su cuenta pública de que es necesario lograr un "acuerdo político amplío, transparente y de cara al país, que sostenga este proceso" para abordar un cambio a la Constitución.
Para el presidente de la DC, Jorge Pizarro se requiere "un acuerdo político muy amplio en el Congreso donde está radicada la posibilidad de modificar la Constitución". Y agregó "es un proceso largo que debe ser sociabilizado con todas las ideologías".
En tanto, su par del PR, Ernesto Velasco fue más enfático y dijo, "ella (Bachelet) está esperando decanten las cosas, que haya un debate implícito, que los hechos fluyan y se llegue a la conclusión de que cuando se habla de institucionalidad se tiene que hacer a través de un plebiscito".
Opinión pública no consolidada
2 Para el senador Pizarro el punto central de que Bachelet deje abierto el temas es que "la gente no tiene claro qué significa una nueva Constitución, cuál será el rol del Estado, qué régimen político queremos para Chile porque estamos acostumbrados a uno presidencialista. Se requiere tiempo y clarificar aún más estos objetivos".
En tanto, el ex presidente del PS, Osvaldo Andrade indicó que la Mandataria se jugó por una alternativa que busca abrir los espacios para que la gente opine sobre lo que quiere o espera de una nueva Constitución. "La Presidenta tiene una margen de espacio, para qué lo va a cerrar. El proceso va ir señalando pistas. Establecer un método a priori, puede ser reduccionista. Ella deja el camino abierto para que el proceso vaya señalando el camino".
Sumar a la derecha
3Otro de los factores que están detrás de la decisión de la Presidenta de no dar mayores luces ni precisiones sobre las modalidades que tendrá del "proceso constituyente" es dar espacio para que la derecha se sume paulatinamente y no entregarle municiones, en forma anticipada, a la oposición para restarse del debate, manteniendo abierta la puerta a la búsqueda de un acuerdo político, uno de los requisitos para llegar a una nueva Carta Fundamental, como mencionó ayer en su mensaje al Congreso. De hecho, para comenzar a discutir el cambio constitucional (independiente de que sea plebiscito, asamblea constituyente u otro) se requiere de una reforma que necesita de votos de la centroderecha. Hoy el oficialismo tiene 67 votos en la Cámara y 21 en el Senado. Una reforma consitucional simple necesita, al menos, 71 diputados y 23 senadores.
"Donde se buscan los acuerdos, en democracia, es el Parlamento", señaló esta mañana el ministro del Interior, Jorge Burgos, reafirmando que el proceso debe culminar en un acuerdo entre las fuerzas políticas representadas en el Congreso, posibilidad que La Moneda ve más viable de alcanzar a partir de las señales enviadas por Renovación Nacional, cuyo presidente ha manifestado disposición a discutir el tema. En el oficialismo ven poco probable encontrar una actitud similar en la UDI.
Por ello, el Gobierno mantiene su ambigüedad con el objeto de que la derecha no se irrite de entrada a conversar sobre un cambio constitucional y por ello no intenta imponer los términos.
Sobre el particular, el presidente del Senado, Patricio Walker, recalcó que "la Presidenta está buscando los consensos necesarios, primero al interior de la Nueva Mayoría. Pero está hablando de un acuerdo más amplio, más allá de la coalición de gobierno. Nos da espacio para buscar un acuerdo":
Tranquilizar al empresariado
4Los empresarios son otro actor clave frente al cual el gobierno busca dar señales positivas, porque en La Moneda están conscientes de que el tema constitucional es un factor de incertidumbre por tratarse de las reglas fundamentales, marco que resulta esencial para dar un horizonte de estabilidad a la inversión. En ese marco, en el comité político del lunes pasado se acordó priorizar el tema del crecimiento económico en la agenda de gobierno —estrategia que empuja sobre todo la Democracia Cristiana dentro de la Nueva Mayoría— y para ello existe disposición a despejar las incertidumbres en materia de reforma laboral y, en general, el futuro marco institucional. Esa es una tarea que se le entregó fundamentalmente al nuevo ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, quien se reunirá en los próximos día con el timonel de la CPC Alberto Salas, conversación en la que se le transmitiría este mensaje al sector privado.
Sin embargo, en los sectores de izquierda de la Nueva Mayoría son críticos de la estrategia de enviarle este tipo de señales al empresariado, sobre todo porque consideran que aquel es parte de la crisis de confianza en las instituciones, manifestada en hechos como la colusión en algunos mercados y los aportes presuntamente ilegales a algunas campañas políticas, ejemplificados en las llamadas aristas de Penta y Soqumich.
En ese marco, el ex presidente del PS Osvaldo Andrade arremetió ayer duramente contra el timonel de la Sofofa, Herman von Muhlenbrock, quien había cuestionado la cuenta pública de la Presidenta.
"Cuando la Presidenta habla de crisis de confianza también se está haciendo cargo de lo del eñor Von Muhlenbrock, porque el problema de confianza en el sistema tiene que ver con la colusión y el caso Penta, que es una investigación a un grupo económico. Entonces, sería bueno que el señor Muhlenbrock se haga cargo de sus déficits, si él representa a ese mundo, ¡hay que tener un poquito de caradura en estas cosas!", manifestó el parlamentario socialista.
Por Paula Canales G. y Claudio Salinas M.

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