Un nuevo proyecto que sacará ronchas: Despenalización del aborto


Emoción provocó en miles de mujeres el Mensaje de la Presidenta sobre envío al Parlamento del Proyecto Ley sobre aborto terapéutico.
Ello en tres causales: Riesgo de la vida de la madre: Este punto refiere a cuando la interrupción del embarazo evita un riesgo en la vida de la mujer y responde a la decisión que los equipos médicos no pueden tomar por la ley actual que no permite realizar el aborto a pesar de que la madre corra riesgo vital. Inviabilidad del feto:  se refiere a la existencia de causas genéticas o congénitas que hacen la vida del embrión o feto incompatible con la vida fuera del útero. Violación: Esta es la causal más controversial y apunta a la interrupción del embarazo en caso de violación, siempre que el procedimiento sea antes de la semana 12. En el caso de menores de 14 años, deberá realizarse el aborto antes de las 18 semanas de gestación.
Al fin, se retoma algo  que estaba en la legislación chilena antes que la dictadura, influenciada por las voces conservadoras y de Iglesia, quitaran este derecho el año 1989, breves meses antes que la dictadura dejara el poder.
Desde entonces miles de mujeres  han debido soportar la humillación frente a un embarazo inviable, o soportar la ignominia de una violación obligada y gestar un niño no deseado.  Ellas, las que sufrieron este dolor, lo llevarán  a cuestas mientras vivan.
Se podrá decir mucho, en pro y en contra, y respeto a quienes piensan distinto .  Esto es un asunto que hiere creencias y valores. Pero un Gobierno debe legislar para todos, y no para sectores con ponencias distintas, por muy respetables que sean.
Sobre este tema es fácil hablar desde una tribuna o frente a las cámaras para condenar este proyecto. Lo grande es asumir que el Estado debe velar por todas las mujeres que padecen este trance, dignificando sus derechos y despenalizando una acción que hasta hoy, de realizarla, arriesgaban la cárcel. Así mismo a los médicos que realizaban esta acción motivados por razones científicas más que por un motivo valórico de cada cual.
 Felicitaciones al coraje de la Presidente, que es madre, abuela y  es médico. Por lo que ella está más autorizada que nadie para decir lo que ha dicho al enviar el proyecto Ley al Congreso.
La ciudadanía podrá juzgar, a la luz de la lógica y del corazón, las razones  dadas por las diputadas de la UDI, María José Hoffman, Claudia Nogueira y Andrea Molina, quienes rechazan el proyecto de ley que despenaliza el aborto,  diciendo que hay que defender la vida y no la muerte.
Poca memoria tienen estas señoras. Durante 18 años el Partido Político que ellas representan silenciaron las violaciones sistemáticas de los derechos humanos, las muertes y torturas de niños, mujeres, jóvenes, viejos, es decir la muerte  de nuestros hermanos, sin que nadie del grupo de ellas elevara un recurso de amparo para protegerles. Es hora entonces que hablen de la Vida,  pero la vida de todos, los que fueron muertos , abortados, por pensar distintos y reconocer que los desaparecieron sin respetar el derecho esencial del ser humano que es vivir en la tierra que lo vio nacer, en plena libertad y sin represión.
Durante todo este tiempo negro tampoco hubo políticas de protección social que ayudaran a los jóvenes a protegerse de embarazos no deseados. Al contrario, eliminaron toda señal por educar una relación sexual responsable y afectiva. Se alinearon a las voces conservadoras de la Iglesia y quedaron sordas y mudas ante la realidad cruda que abortos hay en Chile, clandestinos y que miles de mujeres arriesgan sus vidas de ir a la cárcel al practicarlos. Los hombres, por ciertos, quedan libres. Como si los niños llegaran al mundo gestados por óvulos y no por espermatozoides..
Es fácil hablar desde sus maquilladas tribunas, es fácil para quienes no han sufrido ni menos sensibilizado el dolor de las mujeres que han tenido esta dolorosa experiencia.
Deberemos prepararnos en estos meses para escuchar cientos de argumentos que pretenderán hundir en el limbo este proyecto. Como lo han hecho con el sistema Binominal o la Reforma Educacional.
Usarán el Tribunal Constitucional, moverán a los pastores de iglesias disimiles, y más de alguno preparará a su perro rabioso para morder a cuanta mujer hable con su verdad y saque a la luz toda la inmundicia y humillaciones que tuvo que pasar por abortar un feto inviable o por no querer dar a luz un hijo gestado en una violación. O una niña que prefiere morir antes de tener un hijo de quien la ultraja no una sino mil veces.
 Mostraran y condenarán con el dedo a un medico que salvó a una madre en la sala de parto decidiendo dolorosamente por su vida más que la del  hijo por nacer.  Lo hicieron incluso con el riesgo que alguien tocara sus puertas y los encarcelaran como vulgares delincuentes. Para quienes trabajan en la red de salud pública, abortar un niño para salvar la vida de la madre, hoy, es una causal de prisión. Para quienes trabajan en las clínicas particulares, esto se hace todos los días y el riesgo de cárcel no existe. Están protegidos por ese secreto colectivo “entre pares.
Es un hecho que este proyecto de Ley beneficiara más a las mujeres de clase media y alta, por cuanto quien vive en la vulnerabilidad depende de la burocrática red salud para que se decida su caso. Y en el intertanto vivir la antesala del infierno o seguir con la parteras del barrio. Esas que abortan niños por un vil billete.
Quienes se oponen a este proyecto preparan su campaña insistiendo que esta es una ley de aborto o es un paso para serlo.
La verdad es otra. Es  no ir a la cárcel por tres motivos, los cuales serán debatidos en el Parlamento.  De esto trata la despenalización del aborto. Respetar a quien decide sobre una vida. Más que eso, apoyar a quienes viven un doloroso calvario, dándoles la certeza que no irán a la cárcel por su acción.
 Y sobre esta verdad no hay discusión alguna.

Fuente: María Teresa Larraín

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