Walter
Meléndez nació en Lima y es el propietario de “Sabores de mi Tierra”, el primer
delivery de comida peruana de San Carlos.
En calle Diego Portales 594 ofrece
comida típica de su país. Además realiza cócteles, almuerzos, cenas y eventos
pequeños para dar a conocer sus preparaciones.
Tiene esposa e
hijo chilenos, de San Carlos. Llegó hace 14 años, a Santiago, hace sólo uno
llegó a vivir a la población 11 de Septiembre a la casa de sus suegros, allí construyó
en la parte de atrás dos habitaciones y se instaló, trabajó en varios restaurantes
pero siempre con la idea fija de vender su comida peruana.
Comenzó en su propia cocina, preparaba comida casera pero con toques de elaboración típicos del Perú. Hacía tallarines, pero los hacía “tallarín chifa” (carne, champiñón, morrón, cebollín, soya + tallarín), otro día hacía arroz, pero era “arroz chaufa” (misma salsa + arroz). Los sabores “chifa” y “chaufa” que al principio sólo cambiaban de nombre, sencillamente encantaron. Así consiguió sus primeros clientes, entre los vecinos, luego repartió flyers cerca del Liceo Violeta Parra, algunos profesores comenzaron a comprar, luego en un taller mecánico se hicieron aficionados, llamaban casi a diario, luego algunos datos en el centro y así cada día no dejaba de producir lo que el mismo repartía en su bicicleta. Pudo ampliar la variedad de platos, con los mismos requerimientos de los clientes, empezó a hacer ceviches, ají de gallina y el lomo saltado, el favorito de muchos.
Comenzó en su propia cocina, preparaba comida casera pero con toques de elaboración típicos del Perú. Hacía tallarines, pero los hacía “tallarín chifa” (carne, champiñón, morrón, cebollín, soya + tallarín), otro día hacía arroz, pero era “arroz chaufa” (misma salsa + arroz). Los sabores “chifa” y “chaufa” que al principio sólo cambiaban de nombre, sencillamente encantaron. Así consiguió sus primeros clientes, entre los vecinos, luego repartió flyers cerca del Liceo Violeta Parra, algunos profesores comenzaron a comprar, luego en un taller mecánico se hicieron aficionados, llamaban casi a diario, luego algunos datos en el centro y así cada día no dejaba de producir lo que el mismo repartía en su bicicleta. Pudo ampliar la variedad de platos, con los mismos requerimientos de los clientes, empezó a hacer ceviches, ají de gallina y el lomo saltado, el favorito de muchos.
Desde que
inauguró su delivery tiene 15 a
20 clientes diariamente, su página de Facebook “Sabores de mi Tierra Perú” le
nutre de varias consultas y muchos conocidos que se han animado a probar sus
platos. Cuenta que postuló al “Capital Semilla” y espera poder acondicionar el
local y ojalá comprar una moto. También sueña con un restaurante. “En un plazo
máximo, pero máximo de dos años voy a tener un local, con capacidad para 50
personas, bien atendidas, y con bar”.
Por mientras
atiende de lunes a sábado desde las 12ºº a las 16ºº y desde las 18ºº a las 21ºº,
el fin de semana extiende hasta las 23ºº. Valores desde los $2.000.-