Funeral del corralero Francisco Parada Carrasco



Este viernes 14 de febrero se realizaron los funerales del corralero sancarlino francisco Parada Carrasco.

Después de un oficio religioso el cortejo fue precedido por un grupo de jinetes y acompañado por una masiva concurrencia.
En el campo santo del cementerio municipal de San Carlos hicieron uso de la palabra el Presidente de la Asociación de Rodeo de Ñuble, Álvaro Gatica; en representación de los huasos de Aysen, Sergio Montecino Soto; el  Presidente del club El Carmen, Misael Sáez, donde fue socio Francisco Parada;  en representación del Club de Rodeo de San Carlos, Renato Alarcón Hernández.
Una emotiva participación le cupo al grupo folclórico de Fernanda Martinez  y un arpista que, a la usanza corralera, despidieron los restos mortales de este querido miembro de la familia huasa.
A nombre de la familia agradeció  su hermana y la ceremonia concluyó con la intervención del diacono, Ramiro Grez.
Francisco Parada carrasco tenía 56 años, y en el último tiempo estaba afectado de una insuficiencia hepática que en los últimos días se acentuó. Primero fue atendido en el hospital clínico de la universidad de Concepción y posteriormente el viernes pasado lo había sido trasladado a Santiago a la clínica Dávila. Done le sobrevino una falla hepática- renal fallecido la madrugada del jueves.
Su último rodeo lo corrió por el criadero los retoños de manzanares en El Carmen el 11 y 12 de enero de 2014.
(Información de Collera Lilahue)
La partida de este jinete tuvo repercusión nacional, así lo consignó el  portal caballoyrodeo.cl
Silencio en las quinchas: "Coligüillo" ya no está más
Un emotivo recuerdo en la partida del querido corralero Francisco Parada.
Por Vicente Pérez Alarcón
Francisco "Coligüillo" Parada heredó su apodo de su padre; también heredó su pasión y talento. Siempre pulcros en el vestir, perfectos en lo social, atractivos como amigos.
Don Mario, "Coligüe viejo" fue hombre educado y apegado a la familia Bustos, en Muticura. Ahí se hizo peón de a caballo y brilló en tiempos de súper cracks del rodeo, como los Bustos, Benavente y Urrutia, con don Chanca a la cabeza. Así, en esa dinastía de huasos extras, don Mario Parada hizo familia hasta allegar a su estribo de buen viejo a Pancho, "Coligüe", su hijo, nuestro amigo, que afortunadamente para el rodeo entregó igual que su padre su vida a los caballos.
Pancho fue buen huaso; bueno para los caballos, diablo en el arreo y en las ramas, pero como buen peón, hoy los llaman "corredor profesional", supo de los avatares que da correr caballos buenos y mancos malos, generalmente asociados a patrones exitistas. Pero también probó el adictivo veneno del triunfo cuando "anduvo de a caballo" y cosechó elogios y muchos amigos.
Don Francisco Parada Carrasco fue un caballero, quieto y ausente de juicios personales, un agradecido de la vida y del rodeo, pues fue justamente en él donde encontró la felicidad. Quizás por ello su abrazo gentil, ese de huaso que se alegra de ver al amigo, de compartir "un algo espirituoso" en la ramada... de bailar una cueca y un corrido y arrear a la mesa una bonita, privilegio de la fiesta que es inherente al jolgorio del huaso en rodeo.
"Coligüillo" Parada, mi amigo, ya no está más. Un 13 de febrero no le pudo ganar al jinete negro de la muerte y dejó la gran pena de ausentarse rumbo al potrero eterno, ese de los recuerdos donde coexisten los inmortales, aquellos que se quedan en caballos y anécdotas simples que los humanos llamamos vivencias.

Seguramente Dios necesitaba un huaso alegre a su lado y llamó a "Coligüillo".

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