Herederos de Víctor Sepúlveda
pedirían un millón de pesos mensuales por
mantener copa de agua y pozo que
entrega agua a unas mil personas en Ninquihue, ya que la donación “fue solo de
palabra”.
En 1990 con fondos gubernamentales
el comité de agua potable logró un pozo
y una copa de agua con los arranques
domiciliarios respectivos, que hasta la
fecha dota de agua potable a la Escuela del sector (150 niños), al retén de Carabineros,
a la plaza de descaso de la Ruta 5, una fábrica de cecinas, dos moteles y unas
1.000 personas que reciben a diario este vital elemento.
Según la versión de los vecinos
el año 1988, don Víctor Sepúlveda, vecino de Ninquihue, habría donado bajo un
documento (?) ante notario, un terreno, de 20 x20 metros en el sector La Unión
de Ninquihue.
Con ese documento más otros
antecedentes los vecinos postularon a
proyectos del gobierno que permitieron ir avanzados y mejorando el sistema de agua potable.
La comunidad creó un comité de
agua potable, construyendo todo con fondos del gobierno a contar del año 1990.
Los vecinos alegan que por
desconocimiento no inscribieron en el conservador de bienes raíces, el
documento donde se acreditaría la donación, el que si fue aceptado en las
postulaciones a fondos, por los organismos respectivos.
Tras el fallecimiento del dueño
del predio donde se emplaza el sitio y
pozo que administra el Comité de Agua potable, sus herederos reclamaron el
sitio y llevaron esta demanda ante los tribunales de justicia y actualmente
estaban en condiciones de pedir el desalojo del lugar.
Versiones no confirmadas indican
que los herederos habrían señalado que ellos quieren recuperar ese sitio y que
los vecinos abran un nuevo pozo en otro lugar o, si el comité acepta, lo arrendarían en la
suma de un millón de pesos mensuales.
Como el comité de agua potable de
Ninquihue no está en condiciones de pagar
“semejante arriendo”, los vecinos claman a las autoridades pidiendo
ayuda, sin que hasta el momento tengan
una respuesta favorable que permita superar el error de no haber formalizado
debidamente la donación que habría hecho el vecino, Víctor Sepúlveda, antes de
fallecer.