De acuerdo a un informe local,
las cifras de la RCA y Adendas, corresponderían solo al 16% del total de las
familias afectadas.
La segunda y tercera etapa se
realizaría a fines del 2014, y principios del 2015.
Los números no coinciden, porque
mientras la versión oficial es que serían 68 los hogares residentes
expropiados, el catastro realizado por el Comité de afectados por el Embalse
Punilla de San Fabián afirma, que el número ascendería a 372. Lo anterior
indicaría que las cifran contenidas en la Resolución de Calificación Ambiental
(RCA) y Adendas, correspondería solo al 16% del total de las familias afectadas
por el proyecto.
Expropiados
Es así, como lo que hace más de
90 años era solo una idea, hoy ya aprobado, se encuentra en pleno proceso de
expropiación, y mientras autoridades locales luchan por la reapertura de la
RCA, y parte de los vecinos buscan una
alternativa, otros se niegan a abandonar los terrenos que heredaron de sus
antepasados, y en los que viven desde su nacimiento.
La Discusión visitó algunos de
los sectores que serían inundados para hablar con parte de los afectados, y
estos fueron los testimonios que rescató:
A aproximadamente 28 km. de San
Fabián, se encuentra Camán, y en él, Miriam Fuentes vive junto a su pareja e hijo Jorge, de dos
meses, como allegada de sus padres en una casa vecina a la de ellos. Su madre
le vendió media hectárea porque su idea era postular a un subsidio y construir
su propia casa, pero por el proceso de expropiación no será posible.
“Yo postulé dos veces a un
subsidio habitacional, pero como lo hacía sola no me resultó. Pensé que una vez
teniendo a mi guagüita iba a poder postular como madre soltera y me iba a salir
el subsidio, pero antes de postular, llegó esto de las expropiaciones y no pude
hacerlo. Además, por lo que le han ofrecido a mi mamá, a mí me darían 3
millones por mi media hectárea, pero dónde compro yo media hectárea y mi casa
con esa plata”.
-¿Qué temas han conversado en las
reuniones con el MOP?
-“En la última vinieron a decir
cuáles eran los pasos a seguir de la expropiación, porque como fue tan
repentino eso de que salió en el diario oficial, y prácticamente de casualidad
la gente supo acá (…) ellos vinieron cuando quedaba muy poco tiempo (...). La
gente reclamó por la forma en que hicieron la cosas, porque lo hicieron todo
muy rápido, y quedó poco tiempo para hacer algo como contactarse con una
abogado y esas cosas”.
Además, agregó:
“En esa reunión, la señora del
MOP dijo que le habían dado la información a la Municipalidad, y ahí había gente de la Municipalidad, y les rebatieron inmediatamente que no, y no
supo qué decir”.
Otra de los antecedentes que
Miriam entregó, es que su media hectárea no figura dentro del terreno de su
madre.
“La parte que mi mamá me vendió,
no está en la lista de la expropiación. Yo tengo título de dominio vigente, pero sí aparece en lo de mi
tío que está más allá. Hay un mapa y sale mi nombre, pero no corresponde. A mi
mamá tampoco le aparece todo lo que tiene. Los galpones, el corral, un
gallinero, bodegas, y además, están mal hechas las medidas. Por ejemplo, a mi
mamá la línea le pasa por el medio de la cocina”.
-¿Qué significaría para usted
irse de aquí?
-“Yo no he estado toda mi vida
acá (…) estuve trabajando afuera, y volví por una opción personal, porque uno
se proyecta, y es irónico porque yo decidí tener a mi hijo y criarlo acá, y
nace mi hijo y al mes sé que me tengo que ir”.
-¿Cuáles son para Ud. las
diferencias entre el campo y la ciudad?
-“Volví porque me gusta acá .Yo
viví en Santiago, y hay muchas diferencias. Siempre digo no sé por qué los
político todo lo hacen o las políticas de estado que ellos hacen, es pensando
en la ciudad. Como que con las políticas de estado ellos presionan para que
toda la gente tenga que vivir en la ciudad, siendo que la forma de vida no es
la mejor en la ciudad, no entiendo por qué lo ven así”.
-¿Qué es para Ud. una buena
calidad de vida?
-“Para empezar, algo que yo pueda
elegir. Mi vida que yo pueda elegir. No porque todo el mundo lo hace de una
forma yo lo tengo que hacer igual que ellos. ¿Por qué? Yo creo que uno vive
buscando la felicidad, es un objetivo de vida, y para todo el mundo la
felicidad no se encuentra de la misma forma, entonces yo creo que tenemos
libertad, acá vivimos tranquilos”.
-¿Qué es libertad para usted?
“La libertad de elegir. Por
ejemplo, acá uno vive, uno se forja el día al día. La diferencia es que en la
ciudad la rutina me lleva. Si yo salgo, como que la gente me llega y tengo que
hacer lo que hacen los demás, y acá no (…) aparte, los peligros que hay en la
ciudad (...) la depresión, y a una persona que la saquen de aquí, que la tengan
que reubicar va a caer en eso”.
-¿Con este tipo de proyectos
quién piensa Ud. que se beneficia?
-Las transnacionales, las
empresas extranjeras.
-¿Cuál piensa Ud. que es la
relación entre el gobierno y las empresas extranjeras?
-El MOP es como el aval de las
empresas extranjeras.
-¿Ud. piensa que el gobierno se
beneficia con este tipo de proyectos?
-“No lo sé, de verdad no sé,
pero creo que ellos no ven más porque de
que se necesita electricidad, se necesita, pero como que las necesidades que
tienen en la ciudad son las únicas que existen (…) La mayoría de la gente que
vive en la ciudad, sobreviven trabajando de aquí a cuando jubilan, y el
pensamiento de ellos es pasar sus años de jubilación en el campo. La mayoría de
la gente tiene esa mentalidad de sobrevivir y juntar lucas en la ciudad, para
después ir a vivir al campo, entonces yo siento eso, que la vida es la libertad
de que uno elija como quiere vivir el día a día, y las presiones son para ir a
hundirse a la ciudad”.
“Otra cosas que me gustaría
agregar es que acá no es que vivamos de forma indigna, porque de repente quieren
hacer creer que la gente que vive aquí está obligada (…) siempre han tratado de
hacer creer, para empezar, que aquí vive poca gente, que somos pobres,
ignorantes, y no es así porque aquí vivimos bien”, concluyó Miriam.
Segundo Concha, vive en el sector
de Los Sauces, a aproximadamente 48 km. de San Fabián. Él ha participado en más
de 100 reuniones, y ha sido dirigente del comité y de la junta de vecinos, y al
ser consultado respecto a cómo ha sido su relación con los encargados del
proyecto, dijo:
“Ellos siempre van repitiendo lo
mismo, porque van rotando. Cada cambio de gabinete van cambiando, e incluso
antes, entonces uno no les puede hacer preguntas en profundidad porque ellos
dicen que no están muy informados porque llevan muy poco de jefe, y aún no
están muy interiorizados en el tema”.
“Lo peor es que ellos le ponen a
la pinta de ellos las cosas, aquí se hace poco valer la realidad que se vive.
La gente acá vive libre y sanamente, no es fuerza tener el dinero en el
bolsillo todos los días para vivir, y no hay para que ir comprando la mayoría
porque aquí se cosecha (…) las tierras no son tan malas como ellos dicen,
trabajando las tierras producen. Ellos cada vez las desvalorizan más, para
ellos las tierras son inútiles porque dicen que son piedras, pero no sé si son
tan inútiles como nosotros tenemos vida acá (…) nos están echando, pero nos
están empujando”.
- ¿En qué situaciones ve Ud. ese
tipo de prácticas?
“Ellos dividen a la gente de una
u otra forma (…) que mejor ejemplo que ahora salió una franja de la ley de
expropiación, que divide aquí por el medio y queda gente en el lado norte y
lado sur, y eso más una monedas más o menos que le nombran crea división, como
en todas partes”.
“La división más fuerte es la del
dinero. Donde llega el dinero la división... esa se ha utilizado en todas
partes. Esa es la que termina de dividir de verdad a la gente, porque el
conflicto puede tener muchos problemas como en todos lugares, pero no lleva
tanto a la división como cuando llega el dinero (...) ahí entra la violencia,
los padres contra los hijos... ahí se empiezan a pelear entre familias”.
Respecto a un eventual cambio a
la ciudad, Segundó explicó:
“Es difícil imaginarme en la
ciudad porque no me veo allá. Varios me han hecho la pregunta de dónde me voy a
ir, pero yo nunca he pensado en irme”.
- ¿Qué es lo que hace que Ud. ni
siquiera piense en vivir en otro lugar?
- “Acá hay otras costumbres, la
alimentación es sana porque acá uno vive de su huerto, más encima, nosotros
tengamos dinero en el día o no lo tengamos sobrevivimos igual aquí, porque en
el pueblo tiene que tener el dinero todos los días porque o sino uno no
circula”, agregó.
- ¿Qué va a hacer cuando lo
expropien?
-“A mi aún no me ha llegado la
expropiación, pero igual acá hay un retroceso de todo lo que ellos dicen, tiene
poco seriedad (…) porque en la última reunión del MOP, a la que fue mi familia
porque yo estaba trabajando en la cordillera, les dijeron que no había que
hacer abuso de los dineros de la expropiación (...) porque si no se hace el
embalse había que devolverlos, y eso les quita bastante seriedad”.
Otro de los
afectados es Claudio Almuna, quien vive en el sector El Principal, y
forma parte del Comité de afectados Embalse Punilla,
-¿Cómo nació el movimiento que se
opone al proyecto?
-“Nosotros en la comunidad
partimos trabajando el 2004. Vecinos nos agrupamos, y empezamos a trabajar con
paisajistas, ingenieros ambientales y antropólogos, que de alguna forma nos
permitieran entender lo que era el impacto ambiental del embalse. Creamos el
Comité, y después empezamos a hacer todas las observaciones que se nos permite
dentro de un plazo al SEA, ingresamos
esas observaciones, y posteriormente hemos seguido trabajando con los vecinos,
nos hemos seguido reuniendo y difundiendo el conflicto. Hemos creado algunas
páginas en internet, y eso nos permite que esto se conozca en el mundo, y
posteriormente hicimos la presentación como afectados cuando se votó en la
COREMA del Bío Bío el año 2010, de cuáles eran los errores del proyecto y por
qué nosotros nos oponíamos”.
-¿En qué proceso están
actualmente?
- “Lo bueno de ahora, es que la
municipalidad de San Fabián cree en nosotros, y nos dieron un aporte económico
para contratar a un abogado que nos permita trabajar en esto, y decir por qué legalmente
este proyecto no se debe hacer”.
- ¿Cómo ha sido la relación del
Comité con las autoridades relacionadas al proyecto?
- “Creemos que estar desde el año
hasta la fecha, trabajando con el Ministerio de Obras Públicas en reuniones
periódicas, no ha servido de nada. Cambian jefes nacionales, y de alguna manera
todo lo que prometen es mentira”.
Almuna concluyó diciendo:
“Siempre nos vamos a oponer porque son
nuestras tierras, son nuestras familias. Aquí lo disfrazan de embalse, pero es
una central hidroeléctrica, y eso nos va a destruir como comunidad”.
Fuente: ladiscusion.cl