Innovadores sorprenden con nuevos cultivos frutales en Ñuble

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Productores que observan el cambio climático, las nuevas tendencias del mercado y los resultados de la investigación como oportunidades, apuestan a rubros novedosos, tal como lo fue el arándano hace un par de décadas, cuando no se conocía en la zona.
El cambio climático, las tendencias del mercado y los resultados de la investigación aplicada, a los ojos de un innovador, son oportunidades para hacer emprendimientos en el sector de la agricultura. Así llegaron a Ñuble cultivos como el espárrago y frutales, como el nogal o el mismo arándano, cuyo comportamiento en esta zona era desconocido hace dos o tres décadas.
Con especial atención, estos emprendedores dispuestos a correr el riesgo y apostar a altas rentabilidades, son en definitiva los que pavimentan el camino que luego van a ocupar otros que son más cautos. Ello observan hoy los llamados superfrutos, que son apetecidos en el mundo y en la agroindustria, por sus propiedades saludables que les otorga su contenido en vitaminas, minerales y fibras.
Otros apuntan a mercados locales acotados, en los que no encuentran competencia, y algunos se las juegan en tareas más difíciles, como adaptar cultivos frutales probados en la localidad a características genéticas que le imprimen nuevas posibilidades comerciales.
Curiosamente, en general no se trata de profesionales del área agrícola, ya que muchas iniciativas corresponden a empresarios o a profesionales de otras especialidades.
El granado: una mina de antioxidantes
En el país solo hay 780 hectáreas de esta superfruta, en tanto que en Chillán ya se está llegando a las 56. En el camino a El Huape, a pocos kilómetros de la capital provincial, se ubica el predio de Carlos Borquez Ricchi, que tiene un huerto de 20 hectáreas de granado de tres años. Este año, en abril-mayo, se espera la primera cosecha comercial, que dará al propietario una señal de resultados preliminares, porque para llegar a su plena producción, este fruto requiere de 8 años. El granado es una fuente superior de antioxidantes que supera a los arándanos  e incluso, al té verde, lo que lo hace de alto interés para la agroindustria del jugo y como producto de exportación en fresco.
Rosa Mosqueta se domestica
Varios años han tomado los estudios de la empresa privada con la Universidad de Concepción, para establecer la rosa mosqueta en huertos frutales comerciales. Hasta aquí los resultados aún son poco conocidos, aunque se aprecia un aumento de 78 a 108 hectáreas de cultivo, en los últimos 6 años. Esta especie frutal menor, que se exporta para la elaboración principalmente de té medicinal de cascarilla, que es muy apreciado en los países desarrollados, se obtiene principalmente de plantas silvestres y se exporta como un producto orgánico. Un huerto de este producto se puede apreciar al surponiente de Chillán en la Ruta 5, frente a la planta de Casino.
Higueras de exportación
Mario Fernández Guitiérrez, además de ser un conocido médico penquista, es un emprendedor agrícola de excelencia. Introdujo la producción de aceite de oliva en Ránquil, logrando obtener un producto de calidad internacional con aceitunas producidas y elaboradas en su predio. El megaincendio con que se inició el 2012, le jugó una mala pasada y gran parte de su huerto resultó convertido en cenizas. Ahora se encuentra en un nuevo proyecto: las higueras de exportación. Pese a que la higuera es un frutal conocido y presente en los jardines del secano, su explotación comercial está en pañales y hasta aquí sólo hay información oficial de 1 hectárea dedicada al rubro.

Feijoa para un nicho de mercado

Walfried Wendt, odontólogo jubilado que tiene su predio en el sector de Las Raíces, en Chillán Viejo, es un innovador reconocido en la zona y entre las curiosidades que puede exhibir, está la introducción de la feijoa, un frutal exótico. En este caso, su pequeña producción de fruto la comercializa directamente en el local de ventas que tiene en su predio, que se caracteriza por los productos medicinales. No hay antecedentes en el país de huertos frutales comerciales dedicados a este rubro.


Pistacho: otro frutal para  el secano

En la Región del Bío Bío se conoce de una experiencia realizada por INIA, dentro del proyecto “Cadepa”, que se efectuó durante 6 años con apoyo del la Agencia de Cooperación de Japón, en que se analizó el comportamiento del pistacho en el secano interior de Ninhue, en el valle de San José, donde se realizó con éxito un pequeño cultivo experimental. En la Región se da cuenta de 1,3 hectáreas de pistacho en la provincia de Concepción, en la comuna de Santa Juana. El pistacho se consume como snack, y es un fruto de nuez de alto valor en el mercado.                                                                                                   Fuente: La Discusión

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