Definitivamente ninguna autoridad local se hace cargo de las jaurías de perros vagos que deambulan en la plaza y en las principales calles de la ciudad.
Estos animales se han vuelto cada vez más peligrosos y no son pocas las personas que han resultado mordidas por los canes que, ante la falta de alimentos y las garrapatas, heridas y sarna, se vuelven agresivos.
Como en las oficina públicas, frente a la aplaza sacan sus basuras en bolsas, los perros las rompen y desparraman su contenido en las veredas en busca de alimentos, dejando una pésima imagen de ciudad.
Hasta el momento ninguna autoridad se ha hecho cargo del problema, y menos ha buscado una solución para este lamentable espectáculo.
Es sabido que un grupo de personas creó una organización que está tratando de solicitar recursos para efectuar vacunaciones y otras acciones paliativas, pero el peligro se mantiene.
Ya no sólo interrumpen los desfiles y actos públicos, servicio funerarios, sino que ahora pelean en medio del público, que debe arrancar para evitar ser mordidos.
Es claro que este es un problema de seguridad ciudadano, de salubridad pública y las autoridades sectoriales deben hacerse cargo del problema o al menos comenzar a desarrollar acciones tendientes a su erradicación.
Estos animales se han vuelto cada vez más peligrosos y no son pocas las personas que han resultado mordidas por los canes que, ante la falta de alimentos y las garrapatas, heridas y sarna, se vuelven agresivos.
Como en las oficina públicas, frente a la aplaza sacan sus basuras en bolsas, los perros las rompen y desparraman su contenido en las veredas en busca de alimentos, dejando una pésima imagen de ciudad.
Hasta el momento ninguna autoridad se ha hecho cargo del problema, y menos ha buscado una solución para este lamentable espectáculo.
Es sabido que un grupo de personas creó una organización que está tratando de solicitar recursos para efectuar vacunaciones y otras acciones paliativas, pero el peligro se mantiene.
Ya no sólo interrumpen los desfiles y actos públicos, servicio funerarios, sino que ahora pelean en medio del público, que debe arrancar para evitar ser mordidos.
Es claro que este es un problema de seguridad ciudadano, de salubridad pública y las autoridades sectoriales deben hacerse cargo del problema o al menos comenzar a desarrollar acciones tendientes a su erradicación.