Fundación Alemana ayudará a católicos a recuperar dependencias de uso social en San Carlos

SAN CARLOS.- Debido a que la construcción  del nuevo templo católico afectará a un salón y dependencias interiores que existen en el sector nor-poniente de la propiedad de la parroquia San Carlos Borromeo, se hará necesario formular  un  proyecto y presentarlo a financiamiento ante  la fundación católica alemana para el desarrollo.
Para colaborar en la presentación de dicho proyecto  visitó esta ciudad, Roswitha Tiedemann Körber, de “Fundal” quien  se reunió, la tarde del miércoles 14 con el párroco, Luis Flores Quintana, y con Juan Carlos Sandoval del Obispado de Chillán con la finalidad de asesorar en aspectos financieros en lo que se refiere a las otras construcciones, además del templo.
La Parroquia San Carlos Borromeo espera recuperar el salón parroquial y otras dependencias, que pone al servicio de grupos parroquiales y otras instituciones civiles, municipales y diversas organizaciones que encuentran allí un espacio para sus actividades. Hasta ahora se funciona en lugares provisorios, los que, al comenzar la construcción del templo, quedarán inutilizados. Antes de la construcción del templo es necesario tener el salón y, a futuro, las otras dependencias.
La fundación alemana para el desarrollo aprobó el proyecto del salón y se comprometió a acoger un nuevo proyecto para no perder el local habilitado para los discapacitados. Allí funciona el grupo Terapia del Alma y un grupo de amigos de Pacientes con Parkinson.
Se ha dicho que la aprobación del salón parroquial hace que el inicio de la construcción del templo sea algo cada vez más cercano.
FUNDAL, Fundación Alemana para el Desarrollo, es una institución chilena de derecho privado sin fines de lucro, constituida por el sacerdote católico, Wolfgang Wallisfurth, en el año 1964 con la misión de impulsar proyectos orientados a cumplir con esos precisos objetivos, y de actuar como catalizador de donaciones y recursos económicos para aplicarlos a su financiamiento. Estos recursos provienen, fundamentalmente, de la Iglesia de Alemania, para proyectos ejecutados en Chile.
Su labor se inició diez años después y desde entonces ha impulsado cerca de 2 mil proyectos en todo el país.

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