Comentario
Escribe: Mario San Martín Aliaga
En un reciente encuentro internacional sobre Marketing, Comunicación y nuevas tecnologías se habló sobre mercados emergentes y nuevos consumidores.
De este encuentro y sus conclusiones me llamó la atención cómo los expertos ven al nuevo consumidor. Ellos dicen que se ha producido una fragmentación de la Familia. Éstas son más pequeñas (3 personas) e individualistas. Que el centro de esta familia ya no es el matrimonio sino el hijo, el cual influye en un 50% de las decisiones de compra.
Sólo uno de cada 5 jóvenes se interesa por la política.
En cuanto a los nuevos hábitos alimenticios, los niños piden productos divertidos; los jóvenes, atractivos; los maduros buscan nuevos sabores y alimentos fáciles de preparar mientras que los mayores compran productos que le ayuden a mejorar sus condiciones físicas y mentales.
El mismo estudio revela que: Ahora son los individuos no las instituciones. Que han aparecido nuevas formas de asociación ONGs, comunidades de interés, etc. En el marco institucional religioso desaparece y surgen nuevas religiones individuales. Internet ha dotado de un poder sin límites al individuo.
En esta sociedad de la información todos estos antecedentes deben servirnos, más que como un dato cultural, como referencias de navegación. Hoy cuando la globalización genera una perdida de identidad que produce el retorno a las identidades regionales, se hace mas necesario aún ahondar en criterios de identificación para sociedades y comunidades como las nuestras.
Es cierto… el mundo cambió y si no queremos sufrir las consecuencias expuestas en el Libro “Quien se robó mi queso” (ser capaces de adaptarnos a los cambios) debemos estar más atentos y ser mas flexibles para entender esta nueva forma de vida, con sus virtudes y defectos.
Los temas de la sociedad actual no deben sernos ajenos si queremos construir comunidades con un proyecto de futuro y un plan de navegación.
Actividades tradicionales de la zona como la agricultura, el comercio y los servicios, son continuamente entrevistados por consultoras que entregan sendos informes para crear proyectos basados en la visión local del actor que se encuentra en un estado o nivel productivo, muchas veces resultado de su propio enclaustramiento.
En esto radica la capacidad de los líderes en ser capaces de ofrecer un camino y de incorporar la flexibilidad en el diálogo para que podamos encontrar la felicidad en un mundo cambiante donde la velocidad de adaptación hará la diferencia entre estar dentro o fuera de este mundo globalizado.
Escribe: Mario San Martín Aliaga
En un reciente encuentro internacional sobre Marketing, Comunicación y nuevas tecnologías se habló sobre mercados emergentes y nuevos consumidores.
De este encuentro y sus conclusiones me llamó la atención cómo los expertos ven al nuevo consumidor. Ellos dicen que se ha producido una fragmentación de la Familia. Éstas son más pequeñas (3 personas) e individualistas. Que el centro de esta familia ya no es el matrimonio sino el hijo, el cual influye en un 50% de las decisiones de compra.
Sólo uno de cada 5 jóvenes se interesa por la política.
En cuanto a los nuevos hábitos alimenticios, los niños piden productos divertidos; los jóvenes, atractivos; los maduros buscan nuevos sabores y alimentos fáciles de preparar mientras que los mayores compran productos que le ayuden a mejorar sus condiciones físicas y mentales.
El mismo estudio revela que: Ahora son los individuos no las instituciones. Que han aparecido nuevas formas de asociación ONGs, comunidades de interés, etc. En el marco institucional religioso desaparece y surgen nuevas religiones individuales. Internet ha dotado de un poder sin límites al individuo.
En esta sociedad de la información todos estos antecedentes deben servirnos, más que como un dato cultural, como referencias de navegación. Hoy cuando la globalización genera una perdida de identidad que produce el retorno a las identidades regionales, se hace mas necesario aún ahondar en criterios de identificación para sociedades y comunidades como las nuestras.
Es cierto… el mundo cambió y si no queremos sufrir las consecuencias expuestas en el Libro “Quien se robó mi queso” (ser capaces de adaptarnos a los cambios) debemos estar más atentos y ser mas flexibles para entender esta nueva forma de vida, con sus virtudes y defectos.
Los temas de la sociedad actual no deben sernos ajenos si queremos construir comunidades con un proyecto de futuro y un plan de navegación.
Actividades tradicionales de la zona como la agricultura, el comercio y los servicios, son continuamente entrevistados por consultoras que entregan sendos informes para crear proyectos basados en la visión local del actor que se encuentra en un estado o nivel productivo, muchas veces resultado de su propio enclaustramiento.
En esto radica la capacidad de los líderes en ser capaces de ofrecer un camino y de incorporar la flexibilidad en el diálogo para que podamos encontrar la felicidad en un mundo cambiante donde la velocidad de adaptación hará la diferencia entre estar dentro o fuera de este mundo globalizado.