LA PATRIA DE AYER, DE HOY Y DE SIEMPRE


COMENTARIO

Escribe: Mario San Martín Aliaga
La patria tiene derecho a que nuestra alma, nuestro talento y nuestra razón le consagren sus mejores y más nobles facultades.
Cicerón

La patria dice relación a una realidad que debería unirnos y darnos una profunda identidad, más allá de las legítimas y necesarias diferencias. La unidad no es la uniformidad sino la convergencia de la diferencia. Esto sólo es posible si existe un deseo profundo de reconocer que aquello que nos une es más importante y vital que cualquier diferencia que pudiera dividirnos.

Hablar de la Patria no significa solamente recordar a un puñado de hombres chilenos destacados y elevados merecidamente a la figura de héroes. Hablar de Patria significa también tener la capacidad de ver en el presente nuestras potencialidades, tanto individuales como colectivas, y ser capaces de escoger los mejores de hoy y elevarlos como ejemplo del aporte de esta generación.

Celebrar el mes de la patria significa recuperar el amor por su gente, abrir las puertas de la imaginación, crear proyectos, pensar en un futuro posible.

Este mes nos invita a pensar en el otro para que creamos un nosotros, para que construyamos un hogar chileno que siempre ha sido acogedor del extranjero (“ … y veras como quieren en Chile al amigo cuando es forastero”).

Sin embargo, no debemos dejar de señalar que nos encontramos viviendo en una sociedad cada vez más individualista, donde las expresiones de sociedad y de patriotismo se hacen cada vez más escasas, incluso en septiembre.

Es cierto, nuestra patria está inmersa en la globalización, pero sólo desde la propia identidad podrá abrirse al resto de los países; de otra manera, la globalización no será sino nueva expresión de la colonización.

La Patria no la hacen los soldados, se hace también con ellos; La Patria no es de los que tienen el poder, sino que todos la construimos a diario. La Patria, son las tradiciones y también los sueños.
La Patria es esta larga y angosta faja de tierra, territorio donde está nuestro hogar, desde donde podemos ofrecer hospitalidad y, por tanto, también debemos velar por él con el mismo celo que debiéramos cuidar a nuestros niños y nuestros ancianos chilenos.

Entonces, no olvidemos que la patria late en el pulso constante que le dan sus hijos con el trabajo, con la creación e imaginación que ayuda a seguir construyendo, con amor, nuestra patria chilena.

Los patriotas de ayer van corriendo a caballo por la senda del recuerdo y dejando tras de sí la huella que permitirá seguir la historia.

Los patriotas de hoy son los hombres y mujeres que mueven este país, que ayudan a hacerlo más justo y lo preparan para que pueda existir en la incertidumbre de los cambios. La Patria deberíamos venerarla cada vez con más justicia, honradez, y fraternidad, cada día y en cada acto.

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