GRACIAS POR RECORDARNOS QUE LA MUSICA UNE

Comentario

Escribe: Mario San Martín Aliaga
El pasado jueves San Carlos recibió un regalo musical, de aquellos que nos hacen faltan y que unen a la comunidad. Porque si hay algo que une, es precisamente la música.
Tuve la suerte de enterarme, a ultima hora del miércoles, que en la plaza de armas actuaría, por la noche, la Banda juvenil “Conchalí Big Band”, con 17 músicos, todos niños adolescentes que nos entretuvieron y nos hicieron disfrutar de la música sincopada, el foxtrot, dixie, blues en fin el jazz en sus alegres manifestaciones con una chiquilla que cantaba precioso y nos entretuvo a todos quienes alcanzamos a saber de la actuación de esta banda juvenil de jazz.
Ellos habían programado su actuación para el jueves, pero debieron actuar un día antes, debido a una reggaeton (copia hispana del genero Hip-Hop), lo que dificultó la difusión, aun cuando mucha gente asistió a la plaza, familias, jóvenes, niños y se entusiasmaron al ver a estos muchachos que con la música nos hacían vibrar y de paso nos recordaban la inmensa obra que realiza World Vision, institución que patrocina a esta entretenida orquesta.
El proyecto nació en Santiago en 1994, cuando la Corporación Municipal de Conchalí inició talleres artísticos y deportivos.
Gerhard Mornhinweg, director de la orquesta juvenil de jazz, nos cuenta que el origen y lugar de formación está en la Escuela Especial Las Palmas “Todas las tardes, desde distintas escuelas de Conchalí, estudiantes mayores de séptimo año básico van a la Escuela Especial para los ensayos de la Conchalí Big Band. Llegan a su sala, toman sus trompetas, saxos o guitarras, se van al patio y comienzan a tocar. Lo que sale es un tremendo caos que lentamente se vuelve jazz...armonía y comienza el ensayo y así todo el año.
Ensayan un par de horas todas las tardes de lunes a viernes. Son seis años de estudio, ¡algo así como 5.000 horas dedicadas a la música!. Pero no todos pueden participar en las presentaciones. De los 32 estudiantes sólo la mitad pertenece a la banda. De esta forma, se les incentiva a ser mejores músicos.
Después, en vacaciones a recorrer otras Escuelas, Plazas, Teatros llevando la música que une.
El año recién pasado por ejemplo, egresaron los primeros estudiantes que completaron la formación con la Big Band. De ellos uno fue contratado como profesor de bajo y otros dos continuarán sus estudios en Alemania.
Escucharlos en San Carlos fue una verdadera fiesta, de aquellas que espera la familia, entretenida, musicalmente agradable, sobria y donde no hubo necesidad de protocolo ni separar el público, los cientos de personas, adultos y jóvenes se ubicaron sencillamente frente al escenario, uno de pie, otros sentados en las escalinatas del anfiteatro en construcción; lo importante era la música que se esparcía con un volumen adecuado y entre una suave brisa refrescante.
Gracias muchachos de la “Conchalí Big Band”, disfruté de su música, me emocioné con el fruto de la perseverancia al conocer su trabajo, saber que están unidos la World Vision es también un buen pasaporte.
El sur de Chile les espera… ojalá vuelvan a entregar su música agradable en la plaza de San Carlos y a la gente… así se hace mas grato y atrayente, estar en nuestro principal paseo.

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