Escribe: Mario San Martín Aliaga
El 20 de marzo pasado quienes no pudieron cumplir a San Sebastián en el mes de enero en Yumbel, tuvieron una segunda oportunidad. A varios de ellos , la fuerza de la costumbre los trajo en buses hasta el recinto donde existió laguna “Quirel”.
Allí en el pasillo de ingreso se aprovecharon de instalar comerciantes y a su alrededor los fieles hacían picnic o simplemente descansaban, de regreso de su compromiso religioso. Volvían para hacer un aro en este lugar, porque así lo dicta la costumbre.
Como se recordará durante muchos años, en enero y marzo, los buses que regresaban al norte desde Yumbel, pasaban a la Laguna de San Carlos para que sus pasajeros descansaran algunas horas, paseando en botes o a la sombra de los árboles.
Hoy el panorama que presenta el recinto, hace bastante tiempo, es de un lugar deteriorado y abandonado. Al final ha quedado en evidencia que sin agua y los grandes árboles derribados por un temporal, este lugar perdió su atractivo y vuelve a ser, como cuentan algunos, un gran hoyo desde donde se sacó la tierra para los adobes de construcciones antiguas y al cual se le fue dando características que al final asumimos como un parque, e incluso algunos crearon poemas y tonadas para resaltar el lugar.
Se ha dicho que la Universidad “La Republica” invertirá en el recinto. Sabemos también que esta Universidad tiene sus prioridades en el Campus San Carlos, las que están ligadas con la educación, nuevos laboratorios, más salas e implementaciones.
Creo, que lo que allí comenzará a surgir, en el mediano plazo, será un gran Campus Universitario. Nuevas instalaciones donde el conocimiento tendrá un lugar destacado y desde donde surgirán nuevos profesionales.
Atrás quedará el recuerdo de un lugar donde los sancarlinos de los años 60 capeaban las tardes de aquellos calurosos y lentos veranos de antaño.
Mientras tanto bien valdría la pena cerrar el perímetro, no sólo se evitarán desmanes y desordenes nocturnos, sino que al estar cerrado, muchos dejarán de tener una imagen fija que, cual paradigma, impida ver un nuevo escenario, un nuevo lugar, una proyección de futuro como la ofrecida por la Universidad “La República”.
El 20 de marzo pasado quienes no pudieron cumplir a San Sebastián en el mes de enero en Yumbel, tuvieron una segunda oportunidad. A varios de ellos , la fuerza de la costumbre los trajo en buses hasta el recinto donde existió laguna “Quirel”.
Allí en el pasillo de ingreso se aprovecharon de instalar comerciantes y a su alrededor los fieles hacían picnic o simplemente descansaban, de regreso de su compromiso religioso. Volvían para hacer un aro en este lugar, porque así lo dicta la costumbre.
Como se recordará durante muchos años, en enero y marzo, los buses que regresaban al norte desde Yumbel, pasaban a la Laguna de San Carlos para que sus pasajeros descansaran algunas horas, paseando en botes o a la sombra de los árboles.
Hoy el panorama que presenta el recinto, hace bastante tiempo, es de un lugar deteriorado y abandonado. Al final ha quedado en evidencia que sin agua y los grandes árboles derribados por un temporal, este lugar perdió su atractivo y vuelve a ser, como cuentan algunos, un gran hoyo desde donde se sacó la tierra para los adobes de construcciones antiguas y al cual se le fue dando características que al final asumimos como un parque, e incluso algunos crearon poemas y tonadas para resaltar el lugar.
Se ha dicho que la Universidad “La Republica” invertirá en el recinto. Sabemos también que esta Universidad tiene sus prioridades en el Campus San Carlos, las que están ligadas con la educación, nuevos laboratorios, más salas e implementaciones.
Creo, que lo que allí comenzará a surgir, en el mediano plazo, será un gran Campus Universitario. Nuevas instalaciones donde el conocimiento tendrá un lugar destacado y desde donde surgirán nuevos profesionales.
Atrás quedará el recuerdo de un lugar donde los sancarlinos de los años 60 capeaban las tardes de aquellos calurosos y lentos veranos de antaño.
Mientras tanto bien valdría la pena cerrar el perímetro, no sólo se evitarán desmanes y desordenes nocturnos, sino que al estar cerrado, muchos dejarán de tener una imagen fija que, cual paradigma, impida ver un nuevo escenario, un nuevo lugar, una proyección de futuro como la ofrecida por la Universidad “La República”.
Este comentario es del 2005 y hoy en Febrero de 2008 todas las promesas de arreglar y/o convertir el Parque Carlos Quirel en un Campus o algo parecido, siguen siendo sólo eso promesas incumplidas, y que aparentemente no tienen fecha. En que están nuestras autoridades que no levantan su voz de protesta en representación del pueblo de San Carlos que los eligió para representarlos.
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